martes, 1 de septiembre de 2015

LA DIVINA COMEDIA

Éste fue mi comentario obligatorio, que no obligado, tras la lectura de la obra "La Divina Comedia" de Dante, cuya exposición previa nos hizo nuestro profesor Miguel Ángel, en su clase de literatura para los alumnos de la Universidad de la Experiencia. 

Después de escuchar atentamente lo que pude, releer con cierta urgencia algunos capítulos de la voluminosa obra, tamizarlos pasándolos por la criba de mi propia experiencia y acariciar con ternura el lomo del ejemplar que adorna mi biblioteca, realizado en edición cartoné de lujo a juego con la moqueta y el sofá, me dispuse a escribir mi comentario, el mismo que ahora publico esperando que si algo te resuena, te pueda resultar de alguna utilidad en tu propio viaje interior.

No es gran cosa, no es un mapa, apenas una señal de tráfico provisional en una carretera en obras...

Con mis mejores deseos...

                                  Julio Fidel Díez Reinares

FICHA DE LECTURA
LA DIVINA COMEDIA
AUTOR Y ÉPOCA: Dante y el final de la Edad Media

Autor: DANTE ALIGUIERI (1261-1321  d. de C.)
Época: RENACIMIENTO ITALIANO.



COMENTARIO DE LA OBRA



¿QUÉ IDEA SACAS DE DANTE TRAS LEER LA DIVINA COMEDIA?

Dante es una persona culta. Ha leído a todos los clásicos. Por otro lado se ha implicado en los problemas de su tiempo tomando partido hasta mancharse. En modo alguno es tibio. Se ha granjeado la enemistad de gente poderosa. Esta gente ha tomado sus medidas para quitarle de en medio. Es una persona incómoda. Pero Dante tampoco perdona. Tiene la habilidad de la palabra y el don o la irremediable conducta de no poder ni querer callarse.

Por otro lado le acompaña un cierto orgullo, podría ser soberbia, que le hace no ceder ante nada ni ante nadie que pretenda humillarle. No se calla. Su voz es un megáfono. Y su arma es la palabra. En este sentido se podría asimilar a los profetas bíblicos. La palabra frente al poder.

Pero por otro lado no es alguien que esté conectado con la Verdad de manera que ésta le guíe sin temblor. Tiene zonas oscuras. Tiene muchos defectos. Es capaz de odiar y ser vengativo. La pantera, el león y la loba las lleva consigo. Comienza La Comedia hallándose perdido. Es su peregrinaje. Tiene que pedir ayuda y la encuentra en Virgilio, su alma antigua gemela.



DIOS Y EL CRISTIANISMO EN LA OBRA

No cabe duda que el cristianismo y toda la teología reinante influye de un modo considerable en el pensamiento de Dante. Toda la sociedad está saliendo como puede de la noche de la Edad Media. Dante es conservador, acepta la tradición, pero los clásicos también están en él.

La lucha se produce en su interior. Pide ayuda sincera a aquellos en quienes cree, Virgilio, Homero, pero no renuncia a la teología. De este modo San Bernardo aparece como guía cuando Virgilio, el pagano, ya no está.


LO HUMANO (bueno y malo) EN LA OBRA

Lo bueno y lo malo está marcado por la escala de valores del cristianismo de esta época.

Las virtudes cardinales frente a los pecados capitales. Cada uno de estos pecados tiene su correspondiente círculo en el infierno para los condenados a cadena perpetua y en el purgatorio para quienes aún aspiran a salir redimidos, purgados, tras un periodo de duración más o menos larga en función de la gravedad de sus culpas. Así como en la tierra.



LO TERRIBLE, ATRACTIVO, REPULSIVO… DEL INFIERNO

De todo hay en la viña del señor. Hay lugares fríos, muy fríos. Pero también está ese lugar donde están los dos enamorados que traicionaron por amor. No tiene qué ser tan malo ese castigo. O Dante no se atrevió a pensarlo o, si lo pensó, no se atrevió a crear otro limbo sólo para ellos o a buscarles un apartado rincón en alguna cornisa si otro uso en el purgatorio.

EL PURGATORIO

El purgatorio está hecho para los pecados veniales. Es como un infierno “light”.
El purgatorio tiene estrellas. Hay esperanza.

EL CIELO

En el cielo se ven las estrellas y además está presente la música.

LA MITOLOGÍA EN LA OBRA


EL ESTILO DE LA COMEDIA: NARRACIÓN Y POESÍA



ARQUITECTURA DE LA OBRA:

Todo hace pensar que se planteó su creación como una trilogía: Infierno, Purgatorio y Paraíso.
Cada una de ellas está dividida en esferas concéntricas como si fuera una cebolla. En cada capa da alojamiento a grupos de almas distintas. En esta selección han influido tanto sus  estudios teológicos y la moral reinante en su entorno como su propio criterio ético íntimo y personal así como las filias y fobias de orden político social.



EXPERIENCIA DE LECTURA:
facilidad/ dificultad de lectura, para ti

La lectura fue difícil como un ascenso a través del empinado monte del Purgatorio.
Disponer de un lector personal que te ahorre el amargo trago de introducirte en los abismos del infierno sin excesivo esfuerzo le hace a uno sentirse un poco más identificado con Dante conducido por la mano de Virgilio, su guía y amigo.

Dante sin Virgilio posiblemente se habría dado la vuelta y lo mismo le habría ocurrido al humilde escuchante si su lector amigo no se hubiera brindado a hacerle el camino más llevadero en las tardías horas de la tarde en un aula de la universidad de la experiencia y a buen seguro que se habría limitado, como tantas otras veces, a acariciar suave y tiernamente el lomo del voluminoso tomo y a contemplarlo perdiéndose entre los trazos negros sobre blanco de la plumilla de Gustavo Doré.


Ardua y extremadamente dura
habría sido para el lector la experiencia de lectura
de no haber sido porque la mano tendida

y amorosa del maestro y comprensivo guía
le hizo más agradable y dulce la subida
en el ascenso hasta la cumbre

y menos sufrida la obligada bajada                      
en el descenso complicado y lento
a los confines del infierno.

De no haber sido por su estímulo y empuje
el que va detrás removiendo lo que pisa
habría desistido de su febril empeño

que por obligación y no por gusto
está  en esta circunstancia.
Necesidad le trae, no complacencia.

Aquel que siempre expuso su respeto
ante la presencia  imponente de este tomo
y se mantuvo humilde y cauto en la distancia,

aunque cercano a la caricia zalamera de su lomo,
y alejado por prudencia de las amenazantes inquietudes
que hierven en las internas profundidades de sus páginas,

armado de valor, por una vez y sin que sirva de precedente,
al feroz desánimo ha conseguido hacer frente
al modo como Dante, con ayuda de Virgilio, retó al bestial trío.



OPINION PERSONAL SOBRE LA OBRA

La Divina Comedia es un mapa, un gps, una cartografía del alma humana, mediante la cual, y con un guía experto, Dante, y con él el lector, desciende a los infiernos, sus infiernos, conoce y reconoce sus amigos y enemigos, partes de sí mismo, de su propia psique, y dialogando con ellos los trasciende en su viaje.

Perdido en la mitad de su vida en una oscuridad de la que no sabe salir se introduce de la mano de Virgilio en su  aventura personal. Dante en la medida que hace su autocrítica no le impide llevarse por delante a todo aquel que a su juicio se lo merezca.

Dante escribe su diario, su cuaderno de bitácora. Relata su viaje interior, al interior de su propio infierno. Conducido de la mano de su guía, Virgilio, y protegido  por él lo atraviesa. Va dejando por el camino a los compañeros de viaje, personajes de sus sueños, pobladores de su  psique reflejados en otros tantos personajes reales, amigos o enemigos, admirados  o denostados, en su vida privada y  pública.

Se enfrenta a su sombra en el paso por los distintos niveles del infierno y se va acercando paulatinamente a su ánima, Beatriz, María, Matilda, en los niveles del cielo, previa purificación tras su paso por el purgatorio, donde se repiten prácticamente los mismos estados que en el infierno pero esta vez teñidos y calmados por la luz de la esperanza.: “Se vieron las estrellas.”

Como otros personajes antes que él ha tenido que descender a los infiernos y resucitar al tercer día: Cristo, Orfeo, Mahoma, Ulises, Eneas,

Todo parece indicar que existe una fórmula matemática precisa en el desarrollo de todo ser humano o que aspire a tal, de todo héroe, que consiste en la perdida de la inocencia y con ello el naufragio del alma y posteriormente la lucha por recuperarla.

Dante se extravía en la penumbra. Sólo de la mano del amigo admirado, del maestro a quien ha leído y que supone que ya ha recorrido ese mismo camino junto a Eneas, se ve capaz de adentrarse en ese infierno interior oscuro, pesado y opaco e inevitable, con el ánimo y el tesón de atravesarlo de lado a lado con la convicción de que de la mano del maestro y amigo es posible.

Se perdió en su oscuridad  pero el recuerdo de una mirada, un cruce de palabras en la adolescencia, mantuvo viva una llama en el horizonte del más profundo inconsciente hacia dónde dirigir su rumbo.

El eterno femenino, que se estaba despertando en la adoración a una virgen, la virgen María, la parte femenina del universo, el anima mundi, el alma.

Platón lo había puesto de manifiesto años antes y años más tarde otro héroe ensalzó a la medida de la necesidad de su alma, de su hambre de espíritu, la imagen de otra doncella, apenas vista una o dos veces; le dio nombre propio: Dulcinea

Como hombre comprometido con su sociedad y con su tiempo entiende que su extravío personal está conectado con el extravío de la sociedad en la que vive y  cuando se desnuda a sí mismo desnuda con él a todo bicho viviente, no dejando títere con cabeza. Morir matando, parece querer decir su lema, caiga quien caiga, ya sean amigos o enemigos, eso no importa.

Dante tiene un concepto elevado de sí mismo comparado con aquellos entre quienes se mueve. Dicho de otro modo: tiene un pésimo concepto de gran parte de aquellos con quien se ve obligado a convivir. Una cierta exigencia ética, mezclada con cierta rigidez moral propia del tiempo del que procede el renacimiento, la edad media, le inclina a convertirse en juez y verdugo de la sociedad de su tiempo. Y como parte de esa sociedad, él mismo se convierte en reo. Como Edipo, tampoco puede escaparse de su destino. Sólo le queda el viaje interior como camino de peregrinación y al mismo tiempo como bandera para tratar de transformar la sociedad en la que vive.
 

La Divina Comedia como viaje interior.

Descenso a los infiernos: Paseo por lo más oscuro de nuestra personalidad, por lo más desconocido, por lo más terrible, por lo menos asumible como nuestro. El viaje es tan arriesgado que Dante, el explorador, el osado aventurero, no se atreve a hacerlo solo y busca un guía que conozca el camino y que le dé confianza. ¿Quién mejor para hacerlo que alguien que ya lo ha hecho antes?

Virgilio acompañó a Eneas como cronista en el relato de La Eneida. Dante admiraba a Virgilio. Virgilio admiraba a Homero. Cada aprendiz elige a su maestro. “Cuando el discípulo está listo el maestro aparece”, dice un proverbio oriental o tal vez occidental o accidentalmente de cualquier otra parte).

Dante elige a Virgilio. Virgilio, como es su obligación, acepta; no le queda más remedio. Además está muerto. En la Eneida él inmortalizó a Eneas. Ahora Dante le inmortaliza a él. Mejor es ser inmortal que muerto, ¿o no? Por otro lado viene enviado por la amada muerta de Dante, Beatriz, muerta en cuerpo que no en el corazón y en la mente de Dante.

Dante entrevé su destino y opta por la única solución posible, la que asume el héroe: “Aquí nos salvamos todos o ninguno”. Así que toma la pluma y escribe La Comedia. Él tiene la pluma en la mano, él tiene el poder, la sartén por el mango que diríamos hoy, y decide que todo va a acabar bien, sobre todo para él, que llegará a lo más alto de lo más alto. Por el camino irán quedando todos los demás protagonistas, incluida Beatriz.

A Virgilio amablemente le agradecerá los servicios prestados, dejándole a las puertas del Cielo como Dios a Moisés ante la tierra prometida. De ahí no puede pasar. (¡Si hubiera tenido la precaución de haber nacido más tarde!). Tendría que llegar muchos años más tarde Nelson Mandela para que el apartheid fuera suprimido. El negro hizo bien su trabajo pero era negro al fin y al cabo. Le pasó lo mismo que al cirujano negro clandestino del doctor Barnard. Pero ahí está la grandeza de los negros: en su enorme discreción. Hasta el color les favorece para pasar más desapercibidos.

A partir de la entrada en el cielo ya comienza otra historia sólo para blancos, escrita por un blanco, con protagonistas blancos. En el cielo todo es blanco. Si en el purgatorio ya se entreveían las estrellas, en el cielo la luminosidad es tal que deslumbra.

Dante era devoto de la Virgen, un culto naciente en aquella época. Tal vez el Renacimiento, ya cristiano monoteísta, quiso refundir en una sola la gran cantidad de diosas existentes en el mundo clásico antiguo, el Alma Femenina del Universo.

Posiblemente en la oscura Edad Media el hombre varón, macho, había ocupado demasiado espacio y tiempo y había llegado a hartarse de sí mismo. La mujer, hembra, no existía prácticamente o era invisible. El hombre, a semejanza de Dios, su creador, aburrido de su hartazgo y de su soledad, cansado de contemplar eternamente su ombligo, decidió crear a Eva nuevamente. Ella estaba allí pero era invisible y él, el hombre (y también acaso Dios) estaba ciego. La adoración a la Virgen supuso un nuevo despertar y con ella también la adoración a Beatriz, a Matilda y todas las Santas del Santoral.

aspectos o pasajes más importantes para ti

Me llama la atención que sitúe en el infierno a personas a las que aprecia y respeta como Bruneto Latino o Farinata. Esto denota que es más fuerte en él la influencia de la moral y los valores dominantes de su entorno que la pulsión interior.

Asume como propia la escala de valores de la sociedad a la que pertenece. En una palabra, pretende nadar y guardar la ropa. Si no hubiera hecho esto así no habría escrito la Divina Comedia sino Las Flores del Mal y no se llamaría Dante sino Baudelaire. Pero nació cuando le tocaba nacer como le sucedió a Virgilio. Era hijo de su tiempo como nos pasa a todos salvo a los escritores de ciencia ficción.

valoración justificada del lector: (obra buena, mala, atractiva, repelente, actual, desfasada… porque…

Ni desfasada ni repelente sino presente y permanente.
¿Quién no se ha perdido alguna vez en su propia selva oscura?
¿Quién no ha buscado ayuda en el amigo de éste o de otro tiempo?
¿Quién no se ha entretenido alguna vez lamentando sus desgracias
en lugar de dar las gracias por la suerte de disfrutar de su momento presente y eterno?
 
El que se priva a sí de vuestro mundo,
juega y derrocha aquello que posee
y llora allí donde debió alegrarse.

Y esto lo dice el centauro Quirón hablando de los suicidas pero también de quien se queja sin motivo o por pura complacencia.



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