sábado, 21 de noviembre de 2015

EL AHOGADO EN LA BODEGA MÁS FAMOSO DEL MUNDO


En clase de creación literaria tuvimos que leer un pequeño texto de Gabriel García Márquez, "El ahogado más hermoso del mundo", y presentar nuestro comentario y análisis técnico acerca del mismo para ser sometido a la visión crítica del microscopio inmisericorde de nuestro profesor magnífico para su valoración. Yo  presenté el mío y obtuve la merecida (o inmerecida) calificación de "Aprobado cum laude". 

Podía haberme conformado con ello pero la ambición no descansa y el músculo tampoco duerme todo lo que debieran y siempre demandan un poco más. Así que, armándome del valor que se me supone y aprovechando la favorable conjunción de los astros, decidí atacar con imprudente osadía esta segunda parte:
 

EL AHOGADO EN LA BODEGA MÁS HERMOSO DEL MUNDO… 
Y EL MÁS BEODO.







FICHA DE TÉCNICA EN LA NOVELA
COMENTARIO SOBRE LA TÉCNICA EN
Gabriel GARCÍA MÁRQUEZ, "El ahogado más hermoso del mundo"

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. ¡Falso! ¡Mentira! Y si no, que se lo pregunten a Cervantes. (Aunque, claro, entre una y otra estuvo la de Avellaneda, que tampoco debe estar mal.) Yo ya he presentado mi trabajo ante Miguel Ángel pero no me he quedado conforme. Quiero subir nota.

Esta versión en segunda edición tiene carácter autobiográfico aunque esté narrada en tercera persona. Sé lo que más de uno pensará para sí y se callará y sé también que hasta habrá quien se atreverá con inusitada osadía a manifestarlo en voz alta: “Quien tiene hambre con pan sueña”. (Que tenga cuidado: Aunque tengo algunos lapsus de memoria no se me olvidan fácilmente las caras.)

El ahogado más hermoso del mundo se llamaba Esteban pero no fue el más famoso.
El ahogado más famoso del mundo se libró (según El Libro), gracias a un Soplo Divino, de ahogarse de una vez por todas en las aguas del famoso Diluvio Universal que es cuando y donde se ahogaron la mayor parte de los ahogados de este mundo pero que no cuentan, entre otras cosas, porque no estaban contados y además eran anónimos, es decir, que no tenían nombre, no como Esteban. Es importante tener un nombre, como por ejemplo Esteban, sobre todo para no caer en el anonimato.

Se salvó porque construyó un Arca de Madera de Roble justo a tiempo gracias a que Alguien le avisó de lo que se avecinaba. Se llevó con él todo lo que pudo, esposas, cuñadas, nueras, siervas, incluso alguna vecina, una prima en (buen) estado, la sobrina de un cuñado, la granja de animales al completo y hasta parte de la hacienda. Como no sabía lo que iba a durar aquello porque como todas las cosas en esta vida, según dice mi abuela, incluidas las guerras, se sabe muy bien cuándo empiezan pero no cuando van a  acabar, procuró aprovisionarse de bebida y buenos alimentos.

Comenzaron las primeras gotas, frías, allá por el mes de septiembre, pocas. Se fueron calentando y haciéndose más abundantes a lo largo de las primeras semanas de octubre. Apuró hasta el último momento, la uva estaba redonda y tersa, en su punto justo para vendimiar. Cargó en el arca toda la cosecha. Fue excelente además de generosa. Tuvo que improvisar nuevos compartimentos no contemplados en el proyecto inicial original, igualmente en madera noble de roble. Se redujo el espacio destinado al pasaje y a la tripulación. A las mujeres les buscó un lugar confortable y cómodo cercano a su alcoba en el puente de mando, los hombres buscaron su acomodo como mejor pudieron en los bancos corridos de la galera junto a los remos y los grilletes. Los racimos exuberantes y hermosos rebosaban por encima de las barandillas de la borda.

Más tarde, cuando ya los que negaban a ultranza la evidencia del cambio climático comenzaron a darse cuenta de que aquello iba en serio y para largo y algunos, los más hábiles, consiguieron fabricarse algunas pateras con las astillas y los restos del andamiaje abandonado por Noé, los que consiguieron hacerse a la mar sin mojarse demasiado se morían de admiración y de envidia al ver aquella magnifica nave tan bien velada y adornada con tanta fruta que de haberlo conocido habrían jurado y perjurado que se trataba de un cuadro de Archimboldo. Pero la verdad es que para ellos en aquel momento no estaba el horno para boldos ni para bollos. Tenían asuntos más urgentes en los que pensar.

(Quien esto os cuenta no creáis que obtuvo su información de los legajos originales que se apiñaban desordenados en los arcones, cofres o baúles y ordenados en los anaqueles de la Magna Biblioteca envidia de las naciones vecinas pues todo se perdió tras la riada. Bebió de otras fuentes. Bebió de otros grifos. Bebió de otras espitas. Bebió...)

Pasaron cuarenta días, según dicen, que a los hombres se les hicieron interminables, como cuarenta años. Envejecieron. A Noé no. A Noé se le paró el tiempo. Rejuveneció. Pero todo lo bueno se acaba un mal día y el diluvio también se acabó. Y hubo que poner los pies en la tierra. Bajaron todos y todas. Noé se negó en rotundo.

Durante cuarenta días más estuvo Noé dentro del arca, sin salir, sin ni siquiera asomarse a ver el sol y la claridad del día por la claraboya o el tragaluz, negando lo evidente. Rogó al cielo, rezó, oró, imploró, elevó sus plegarias pidiendo que volviera a llover. Se dejó la piel que cubría sus rótulas en la tarima de la cubierta de su nave encallada de tanto arrodillarse en ruego y oración. Cuando, ya abatido, vio que éstas no eran oídas por ningún oído divino ni humano cantó desesperado, desafinó todo cuanto pudo en un último intento y por fin se derrumbó. Al derrumbarse no creáis que se derrumbó como cualquier hombre que se derrumba. Se derrumbó con estrepito, como se derrumba un edificio en llanto, como se derrumba una torre de babel herida por el rayo, como se derrumba una torre gemela, como se derrumba tras ella su gemela hermana…

Al principio no le dieron importancia. Les tenía acostumbrados. Era el Patriarca y ya antes de lo del diluvio solía ausentarse por largas temporadas. Tenía otros pastos y otra ganadería que debía atender. Pero se les hacía que esta vez tardaba demasiado y además en el Arca ya no quedaba nadie más que él. Así que armados de paciencia y valor fueron a buscarle. Tardaron pero por fin lo encontraron. Allí estaba, morado, en el fondo de la cuba, hecho un guiñapo, hecho un despojo, cubierto de abrojo y de pellejo de uva, de algo rojo que asemejaba alga. Parece ser que en su caída tropezó y se cayó. Morado solía ponerse con relativa frecuencia, y morado y tibio se puso durante el tiempo que permaneció en el puente de mando encerrado, protegiendo a sus protegidas del aguacero y la tormenta pero esto de ahora era algo nuevo y distinto, inesperado y desconcertante.

Habían visto desde la barandilla del crucero ahogarse a muchos pequeños navegantes con sus frágiles barquillas estrellándose contra el casco del Arca intentando aferrarse al cable del ancla para subir. A alguno hasta tuvieron que darle un empujoncito y echarlo otra vez al mar en el último momento cuando casi lo consigue. ¡Qué se había creído! ¡No hay sitio para todos! Conocían perfectamente lo que era un ahogado. Así que cuando lo vieron de esta guisa en fondo del lagar no lo dudaron ni por un momento: “Está ahogado”, sentenció el mayor de los hijos. “Sí”, asintieron lacónicamente los dos  menores igualmente convencidos.

Andaban los deudos del finado con los preparativos de las exequias pero con la mente puesta más en las cuestiones de herencia que en lo que celebraban. Habían contratado junto con las plañideras de oficio los servicios del Coro del Ejercito Asirio para cantarle al ahogado un Miserere, aprovechando que estaban de paso por allí camino de Babilonia en busca de solaz.

Sonaban armoniosas estas dulces notas lastimosas cuando un aria no invitada, poderosa, ardiente como la madera seca del sarmiento que crepita en el hogar antes de dar su último adiós de despedida y un abraso a la chuletilla convidada principal del homenaje, una voz áspera y quebrada, de cantante de color (negro) de jazz, una voz negra de blue, una voz rasgada y rota, desgarrada, rasgó el luto y el velo de tul de la sábana mortuoria y el silencio sepulcral trastocando en alegría y bacanal con entrada tan triunfal la tristeza del Mar Muerto. Enmudeció el coro.

De ese canto soberbio quedó grabado a fuego y para siempre en la historia y la memoria de todos los presentes, como clavo con martillo, el insistente verso final de estribillo:

“… pero tenemos un vino que resucita a los muertos.”

(Y no estaba muerto, no, no.)
(Estaba tomando… vino, no, no.)



Otras coplas procedentes de las cuatro esquinas del planeta se sumaron al concierto:

       “Si el vino viene, viene la vida, vuelvo a tu viña, tierra querida…”

¡Y cuando lloren las viñas 
para que rían los hombres, 
he de volver en las copas 
que habré de mojar las bocas 
de mis viejos compañeros 
o tal vez de la que quiero 
y no me pudo querer...

y en una noche de farra 
cuando lleven la guitarra 
si ven al vino llorar 
déjenlo llorar su pena 
déjenlo llorar su pena 
que en la lágrima morena 
como nunca he de cantar!

 (Volver en vino, Horacio Guaraní.)




El humilde cronista, animado por los coros asirios, por la guitarra
por una lágrima morena derramada en el borde de su cuenco y
por una lágrima furtiva derramada en la borda de su cuenca
se animó y escribió la suya:

“¡Vaya vino de primera, Señor!
¡No hay ningún vino mejor para el fino paladar
que acompañe al buen yantar que este vino superior
de la bodega de Juan
Campinún!”





Queridos amigos, compañeros del alma, compañeros del aula y del pupitre, viejos compañeros, viejos, y querido profesor, maestro emérito por méritos propios:

Ésta foto, algo retocada,  es una de las varias que nos hizo Antonio el día que me cantasteis, con vuestro coro de voces blancas y alguna que otra de color cazalla, mi muy feliz cumpleaños feliz en la bodega de Sole en Yécora el día de Santa Rita.

Fue antes de que se hundiera el suelo bajo nuestros pies y nos cayéramos dentro de la barrica de roble con todo el equipo. (Como le sucedió a Obélix en otro tiempo, en otro lugar y en otra historia.)

Aunque no pasó nada grave, a partir de entonces ya nada ha sido ni creo que vuelva a ser como antes:

Me basta con percibir el aroma que desprende el vidrio de la copa que antes contuvo el Sagrado Vino para sucumbir ante sus maravillosos efectos saludables y benéficos aunque de lo que esté llena sea de agua dulce potable y clorada del grifo.

Ésta es la verdadera raíz del famoso milagro de las bodas de Canaán… 
y de las bodegas de Campinún.

Aunque suene a sacrilegio e irreverencia con este sistema todos los milagros son posibles.
Si falto a la cita de Entrepuentes o llego tarde hay una razón: He ido a patentarlo. No me esperéis.

Me he echado un trago de este elixir milagroso antes de ponerme a escribir.

Un afrazo y mushos fesos.

Julio


(Nota 1: 
Creo que se me ha ido un pelín la mano con el photoshop. Aún no domino bien la técnica.)

(Nota 2: 
Reconozco que también se me va el dedo con la tecla. La culpa fue del Campinún.)

  
(A la cita de Entrepuentes si puedo voy.)
(Como es posible que llegue tarde, id pidiéndome un vaso de agua, por favor.)

  
(Ya sé lo que estás pensando:

“-¡Hay que echarle valor!”;-¡Con la  que está cayendo…!”)





Epílogo:

Es importante tener un nombre propio que, como su propio nombre indica, es el nombre que nos pertenece por derecho propio. Ejemplo: Esteban.

Normalmente los nombres propios se escriben con mayúsculas, como por ejemplo Dios que no hay más que uno aunque sea trino. Los dioses menores por ser tan comunes son impropios de este nombre.

El nombre propio no caduca. Tiene una vigencia que no tienen las células aunque sean madres. Permanece más allá de la muerte. ¿Dónde están las células madre de Homero?, por ejemplo, ¿o las de Noé?, ¿o las de la madre Eva? Cuando Dios entregó en usufructo la finca de El Paraíso a Adán para su uso y disfrute éste lo primero que hizo fue ponerles nombres a todos los animales y plantas que lo poblaban para alejarlos de la amenaza del olvido. Luego Noé tuvo que cargar con ellos en el Arca. Gracias a eso se salvaron de morir ahogados. No como los mosquitos que no tienen nombre y por eso se tuvieron que quedar en tierra. Eso sin contar con los ahogados sin nombre que se ahogaron en el mar del olvido. Esteban no.

Es importante que los muertos tengan un nombre para que vivan. Si no tienen nombre es como si nunca hubieran existido. Y si ellos no existieron tampoco sus descendientes. Es importante saber cómo se llama tu padre, o se llamó, y tu abuelo y tu bisabuelo y tu tatarabuelo. Y lo mismo ocurre con tu madre y tu abuela y tu bisabuela y tu tatarabuela,  aunque esto es más fácil.

Dada la enorme dificultad que existe para conocer la línea directa, recta y verdadera de tu ascendencia por línea paterna hasta Adán, es por eso que se inventó en su día el patronímico aunque tampoco ello es garantía suficiente de linaje de alcurnia. La curnia ha sido una enfermedad endémica de nuestra estirpe desde el comienzo de los tiempos antes incluso de la expulsión y el destierro.

Por eso cuando el ahogado más hermoso del mundo llegó a la playa disfrazado de alga y las pobladoras del poblado primero y los pobladores después le adoptaron se acordaron de sus primeros padres Adán y Eva (a los últimos muchos ni los conocieron,  unos porque se ahogaron pronto sin dejar un nombre en herencia y nacieron póstumos y huérfanos de apellido y otros porque sencillamente no quisieron hacerse cargo de la carga que suponía alimentar una boca de más) y lo primero que hicieron fue bautizarlo y ponerle nombre: Esteban.

No he querido poner vuestros nombres en la foto. Espero que vosotros mismos os reconozcáis.

Confieso que pasado el efecto primero ni yo mismo os distingo. Además apenas me acuerdo de cómo os llamáis. A duras penas reconozco al maestro. Sé que estuvo allí. Sé que yo también estuve y que no ha sido un sueño porque me llevé la copa y la tengo en la vitrina junto con las del último campeonato deportivo y las medallas. Está vacía pero todavía desprende un exquisito aroma que impregna toda la casa…

Sé que estuvo también el bodeguero, el que hizo el milagro, y su madre…





Julio Fidel









Agradecimientos:

Gracias, Sole, por tu invitación a tu bodega coincidiendo con el día de mi cumpleaños el último día de curso.

A los demás, gracias por celebrarlo conmigo, por vuestra amistad  y por vuestro coro de  voces blancas.

A ti, Miguel Angel,  gracias por el estímulo de tus enseñanzas y tus comentarios  y por sacar lo mejor de mí y lo peor a base de interrogatorios implacables y vueltas de manivela de potro.

No pude asistir tampoco esta vez a la cita de Entrepuentes. He intentado justificarme pero no me creáis demasiado.

Con mi mayor afecto…
Un abrazo
Julio











P.D.: (más de dos años después)

Rememorando este encuentro 
en tarde tan placentera, 
me acerqué a la cristalera 
para apurar el recuerdo.













Contemplando los trofeos 
tras la vitrina emplomada, 
desde que alzara mi copa 
y, tras de brindar, la hurtara 
como testigo de un triunfo 
de aquella noche de farra 
para llevarla a mi feudo 
ya han rodado dos añadas.

Con la música de fondo 
del fondo de la robada
una canción se desprende
desde el estante hasta el alma,
gota a gota, verso a verso
e inunda toda la estancia.
Solo el corazón la entiende:
Parece que el vino hablara.






(Guarda la copa de nuevo en su altar, 
que antes de que acabe el año hemos de volverla a usar;  
ocasión no ha de faltar.)

(Y guarda mi afecto en tu corazón.)




martes, 1 de septiembre de 2015

LA DIVINA COMEDIA

Éste fue mi comentario obligatorio, que no obligado, tras la lectura de la obra "La Divina Comedia" de Dante, cuya exposición previa nos hizo nuestro profesor Miguel Ángel, en su clase de literatura para los alumnos de la Universidad de la Experiencia. 

Después de escuchar atentamente lo que pude, releer con cierta urgencia algunos capítulos de la voluminosa obra, tamizarlos pasándolos por la criba de mi propia experiencia y acariciar con ternura el lomo del ejemplar que adorna mi biblioteca, realizado en edición cartoné de lujo a juego con la moqueta y el sofá, me dispuse a escribir mi comentario, el mismo que ahora publico esperando que si algo te resuena, te pueda resultar de alguna utilidad en tu propio viaje interior.

No es gran cosa, no es un mapa, apenas una señal de tráfico provisional en una carretera en obras...

Con mis mejores deseos...

                                  Julio Fidel Díez Reinares

FICHA DE LECTURA
LA DIVINA COMEDIA
AUTOR Y ÉPOCA: Dante y el final de la Edad Media

Autor: DANTE ALIGUIERI (1261-1321  d. de C.)
Época: RENACIMIENTO ITALIANO.



COMENTARIO DE LA OBRA



¿QUÉ IDEA SACAS DE DANTE TRAS LEER LA DIVINA COMEDIA?

Dante es una persona culta. Ha leído a todos los clásicos. Por otro lado se ha implicado en los problemas de su tiempo tomando partido hasta mancharse. En modo alguno es tibio. Se ha granjeado la enemistad de gente poderosa. Esta gente ha tomado sus medidas para quitarle de en medio. Es una persona incómoda. Pero Dante tampoco perdona. Tiene la habilidad de la palabra y el don o la irremediable conducta de no poder ni querer callarse.

Por otro lado le acompaña un cierto orgullo, podría ser soberbia, que le hace no ceder ante nada ni ante nadie que pretenda humillarle. No se calla. Su voz es un megáfono. Y su arma es la palabra. En este sentido se podría asimilar a los profetas bíblicos. La palabra frente al poder.

Pero por otro lado no es alguien que esté conectado con la Verdad de manera que ésta le guíe sin temblor. Tiene zonas oscuras. Tiene muchos defectos. Es capaz de odiar y ser vengativo. La pantera, el león y la loba las lleva consigo. Comienza La Comedia hallándose perdido. Es su peregrinaje. Tiene que pedir ayuda y la encuentra en Virgilio, su alma antigua gemela.



DIOS Y EL CRISTIANISMO EN LA OBRA

No cabe duda que el cristianismo y toda la teología reinante influye de un modo considerable en el pensamiento de Dante. Toda la sociedad está saliendo como puede de la noche de la Edad Media. Dante es conservador, acepta la tradición, pero los clásicos también están en él.

La lucha se produce en su interior. Pide ayuda sincera a aquellos en quienes cree, Virgilio, Homero, pero no renuncia a la teología. De este modo San Bernardo aparece como guía cuando Virgilio, el pagano, ya no está.


LO HUMANO (bueno y malo) EN LA OBRA

Lo bueno y lo malo está marcado por la escala de valores del cristianismo de esta época.

Las virtudes cardinales frente a los pecados capitales. Cada uno de estos pecados tiene su correspondiente círculo en el infierno para los condenados a cadena perpetua y en el purgatorio para quienes aún aspiran a salir redimidos, purgados, tras un periodo de duración más o menos larga en función de la gravedad de sus culpas. Así como en la tierra.



LO TERRIBLE, ATRACTIVO, REPULSIVO… DEL INFIERNO

De todo hay en la viña del señor. Hay lugares fríos, muy fríos. Pero también está ese lugar donde están los dos enamorados que traicionaron por amor. No tiene qué ser tan malo ese castigo. O Dante no se atrevió a pensarlo o, si lo pensó, no se atrevió a crear otro limbo sólo para ellos o a buscarles un apartado rincón en alguna cornisa si otro uso en el purgatorio.

EL PURGATORIO

El purgatorio está hecho para los pecados veniales. Es como un infierno “light”.
El purgatorio tiene estrellas. Hay esperanza.

EL CIELO

En el cielo se ven las estrellas y además está presente la música.

LA MITOLOGÍA EN LA OBRA


EL ESTILO DE LA COMEDIA: NARRACIÓN Y POESÍA



ARQUITECTURA DE LA OBRA:

Todo hace pensar que se planteó su creación como una trilogía: Infierno, Purgatorio y Paraíso.
Cada una de ellas está dividida en esferas concéntricas como si fuera una cebolla. En cada capa da alojamiento a grupos de almas distintas. En esta selección han influido tanto sus  estudios teológicos y la moral reinante en su entorno como su propio criterio ético íntimo y personal así como las filias y fobias de orden político social.



EXPERIENCIA DE LECTURA:
facilidad/ dificultad de lectura, para ti

La lectura fue difícil como un ascenso a través del empinado monte del Purgatorio.
Disponer de un lector personal que te ahorre el amargo trago de introducirte en los abismos del infierno sin excesivo esfuerzo le hace a uno sentirse un poco más identificado con Dante conducido por la mano de Virgilio, su guía y amigo.

Dante sin Virgilio posiblemente se habría dado la vuelta y lo mismo le habría ocurrido al humilde escuchante si su lector amigo no se hubiera brindado a hacerle el camino más llevadero en las tardías horas de la tarde en un aula de la universidad de la experiencia y a buen seguro que se habría limitado, como tantas otras veces, a acariciar suave y tiernamente el lomo del voluminoso tomo y a contemplarlo perdiéndose entre los trazos negros sobre blanco de la plumilla de Gustavo Doré.


Ardua y extremadamente dura
habría sido para el lector la experiencia de lectura
de no haber sido porque la mano tendida

y amorosa del maestro y comprensivo guía
le hizo más agradable y dulce la subida
en el ascenso hasta la cumbre

y menos sufrida la obligada bajada                      
en el descenso complicado y lento
a los confines del infierno.

De no haber sido por su estímulo y empuje
el que va detrás removiendo lo que pisa
habría desistido de su febril empeño

que por obligación y no por gusto
está  en esta circunstancia.
Necesidad le trae, no complacencia.

Aquel que siempre expuso su respeto
ante la presencia  imponente de este tomo
y se mantuvo humilde y cauto en la distancia,

aunque cercano a la caricia zalamera de su lomo,
y alejado por prudencia de las amenazantes inquietudes
que hierven en las internas profundidades de sus páginas,

armado de valor, por una vez y sin que sirva de precedente,
al feroz desánimo ha conseguido hacer frente
al modo como Dante, con ayuda de Virgilio, retó al bestial trío.



OPINION PERSONAL SOBRE LA OBRA

La Divina Comedia es un mapa, un gps, una cartografía del alma humana, mediante la cual, y con un guía experto, Dante, y con él el lector, desciende a los infiernos, sus infiernos, conoce y reconoce sus amigos y enemigos, partes de sí mismo, de su propia psique, y dialogando con ellos los trasciende en su viaje.

Perdido en la mitad de su vida en una oscuridad de la que no sabe salir se introduce de la mano de Virgilio en su  aventura personal. Dante en la medida que hace su autocrítica no le impide llevarse por delante a todo aquel que a su juicio se lo merezca.

Dante escribe su diario, su cuaderno de bitácora. Relata su viaje interior, al interior de su propio infierno. Conducido de la mano de su guía, Virgilio, y protegido  por él lo atraviesa. Va dejando por el camino a los compañeros de viaje, personajes de sus sueños, pobladores de su  psique reflejados en otros tantos personajes reales, amigos o enemigos, admirados  o denostados, en su vida privada y  pública.

Se enfrenta a su sombra en el paso por los distintos niveles del infierno y se va acercando paulatinamente a su ánima, Beatriz, María, Matilda, en los niveles del cielo, previa purificación tras su paso por el purgatorio, donde se repiten prácticamente los mismos estados que en el infierno pero esta vez teñidos y calmados por la luz de la esperanza.: “Se vieron las estrellas.”

Como otros personajes antes que él ha tenido que descender a los infiernos y resucitar al tercer día: Cristo, Orfeo, Mahoma, Ulises, Eneas,

Todo parece indicar que existe una fórmula matemática precisa en el desarrollo de todo ser humano o que aspire a tal, de todo héroe, que consiste en la perdida de la inocencia y con ello el naufragio del alma y posteriormente la lucha por recuperarla.

Dante se extravía en la penumbra. Sólo de la mano del amigo admirado, del maestro a quien ha leído y que supone que ya ha recorrido ese mismo camino junto a Eneas, se ve capaz de adentrarse en ese infierno interior oscuro, pesado y opaco e inevitable, con el ánimo y el tesón de atravesarlo de lado a lado con la convicción de que de la mano del maestro y amigo es posible.

Se perdió en su oscuridad  pero el recuerdo de una mirada, un cruce de palabras en la adolescencia, mantuvo viva una llama en el horizonte del más profundo inconsciente hacia dónde dirigir su rumbo.

El eterno femenino, que se estaba despertando en la adoración a una virgen, la virgen María, la parte femenina del universo, el anima mundi, el alma.

Platón lo había puesto de manifiesto años antes y años más tarde otro héroe ensalzó a la medida de la necesidad de su alma, de su hambre de espíritu, la imagen de otra doncella, apenas vista una o dos veces; le dio nombre propio: Dulcinea

Como hombre comprometido con su sociedad y con su tiempo entiende que su extravío personal está conectado con el extravío de la sociedad en la que vive y  cuando se desnuda a sí mismo desnuda con él a todo bicho viviente, no dejando títere con cabeza. Morir matando, parece querer decir su lema, caiga quien caiga, ya sean amigos o enemigos, eso no importa.

Dante tiene un concepto elevado de sí mismo comparado con aquellos entre quienes se mueve. Dicho de otro modo: tiene un pésimo concepto de gran parte de aquellos con quien se ve obligado a convivir. Una cierta exigencia ética, mezclada con cierta rigidez moral propia del tiempo del que procede el renacimiento, la edad media, le inclina a convertirse en juez y verdugo de la sociedad de su tiempo. Y como parte de esa sociedad, él mismo se convierte en reo. Como Edipo, tampoco puede escaparse de su destino. Sólo le queda el viaje interior como camino de peregrinación y al mismo tiempo como bandera para tratar de transformar la sociedad en la que vive.
 

La Divina Comedia como viaje interior.

Descenso a los infiernos: Paseo por lo más oscuro de nuestra personalidad, por lo más desconocido, por lo más terrible, por lo menos asumible como nuestro. El viaje es tan arriesgado que Dante, el explorador, el osado aventurero, no se atreve a hacerlo solo y busca un guía que conozca el camino y que le dé confianza. ¿Quién mejor para hacerlo que alguien que ya lo ha hecho antes?

Virgilio acompañó a Eneas como cronista en el relato de La Eneida. Dante admiraba a Virgilio. Virgilio admiraba a Homero. Cada aprendiz elige a su maestro. “Cuando el discípulo está listo el maestro aparece”, dice un proverbio oriental o tal vez occidental o accidentalmente de cualquier otra parte).

Dante elige a Virgilio. Virgilio, como es su obligación, acepta; no le queda más remedio. Además está muerto. En la Eneida él inmortalizó a Eneas. Ahora Dante le inmortaliza a él. Mejor es ser inmortal que muerto, ¿o no? Por otro lado viene enviado por la amada muerta de Dante, Beatriz, muerta en cuerpo que no en el corazón y en la mente de Dante.

Dante entrevé su destino y opta por la única solución posible, la que asume el héroe: “Aquí nos salvamos todos o ninguno”. Así que toma la pluma y escribe La Comedia. Él tiene la pluma en la mano, él tiene el poder, la sartén por el mango que diríamos hoy, y decide que todo va a acabar bien, sobre todo para él, que llegará a lo más alto de lo más alto. Por el camino irán quedando todos los demás protagonistas, incluida Beatriz.

A Virgilio amablemente le agradecerá los servicios prestados, dejándole a las puertas del Cielo como Dios a Moisés ante la tierra prometida. De ahí no puede pasar. (¡Si hubiera tenido la precaución de haber nacido más tarde!). Tendría que llegar muchos años más tarde Nelson Mandela para que el apartheid fuera suprimido. El negro hizo bien su trabajo pero era negro al fin y al cabo. Le pasó lo mismo que al cirujano negro clandestino del doctor Barnard. Pero ahí está la grandeza de los negros: en su enorme discreción. Hasta el color les favorece para pasar más desapercibidos.

A partir de la entrada en el cielo ya comienza otra historia sólo para blancos, escrita por un blanco, con protagonistas blancos. En el cielo todo es blanco. Si en el purgatorio ya se entreveían las estrellas, en el cielo la luminosidad es tal que deslumbra.

Dante era devoto de la Virgen, un culto naciente en aquella época. Tal vez el Renacimiento, ya cristiano monoteísta, quiso refundir en una sola la gran cantidad de diosas existentes en el mundo clásico antiguo, el Alma Femenina del Universo.

Posiblemente en la oscura Edad Media el hombre varón, macho, había ocupado demasiado espacio y tiempo y había llegado a hartarse de sí mismo. La mujer, hembra, no existía prácticamente o era invisible. El hombre, a semejanza de Dios, su creador, aburrido de su hartazgo y de su soledad, cansado de contemplar eternamente su ombligo, decidió crear a Eva nuevamente. Ella estaba allí pero era invisible y él, el hombre (y también acaso Dios) estaba ciego. La adoración a la Virgen supuso un nuevo despertar y con ella también la adoración a Beatriz, a Matilda y todas las Santas del Santoral.

aspectos o pasajes más importantes para ti

Me llama la atención que sitúe en el infierno a personas a las que aprecia y respeta como Bruneto Latino o Farinata. Esto denota que es más fuerte en él la influencia de la moral y los valores dominantes de su entorno que la pulsión interior.

Asume como propia la escala de valores de la sociedad a la que pertenece. En una palabra, pretende nadar y guardar la ropa. Si no hubiera hecho esto así no habría escrito la Divina Comedia sino Las Flores del Mal y no se llamaría Dante sino Baudelaire. Pero nació cuando le tocaba nacer como le sucedió a Virgilio. Era hijo de su tiempo como nos pasa a todos salvo a los escritores de ciencia ficción.

valoración justificada del lector: (obra buena, mala, atractiva, repelente, actual, desfasada… porque…

Ni desfasada ni repelente sino presente y permanente.
¿Quién no se ha perdido alguna vez en su propia selva oscura?
¿Quién no ha buscado ayuda en el amigo de éste o de otro tiempo?
¿Quién no se ha entretenido alguna vez lamentando sus desgracias
en lugar de dar las gracias por la suerte de disfrutar de su momento presente y eterno?
 
El que se priva a sí de vuestro mundo,
juega y derrocha aquello que posee
y llora allí donde debió alegrarse.

Y esto lo dice el centauro Quirón hablando de los suicidas pero también de quien se queja sin motivo o por pura complacencia.



miércoles, 5 de agosto de 2015

EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE SAN JUAN (Shakespeare)




FICHA DE LECTURA DE EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE SAN JUAN



Shakespeare, padre de Hamlet, Macbeth y Otelo, abuelo de Romeo y de Julieta, agente de comercio de El Mercader de Venecia, bufón en la corte de El Rey Lear, consejero y mozo de cuadras de Ricardo III y compadre de Las Alegres Comadres de Windsor, tuvo una noche un sueño tras una larga jornada de caluroso estío mientras echaba la siesta en la apacible hora sexta, entre la tercia y la nona, bajo un árbol solitario donde a diario la chichara afinaba su serrote y su violín.

Cuando, dormida ya la mona, se despertó por fin dijo para sí en un inglés impecable:

“I had a dream”.

Como era hombre de provecho, hecho y derecho, de pluma fácil, verbo pulcro y pelo en pecho, y en cuyo corazón jamás anidaron duda, ambición ni celos, además de que gozaba leyendo con fruición a Frued se puso a escribir con gran celo y he aquí que esto es lo que escribió[U1] :


“El Sueño de una noche de verano”






CONTEXTUALICACION

Boda. Fiesta de baile por parejas, según su clase social, su condición y su casta y la densidad de sus moléculas:

Teseo, duque de Atenas, vencedor del Minotauro en el laberinto de Creta e Hipólita, guerrera reina y madre de las amazonas, vencida en todos los frentes y campos de batalla entre la sabana y el páramo por la espada triunfadora de Teseo y empeñada en sucumbir de nuevo ante el ataque mortal de necesidad por el deseo insaciable del duque entre las sábanas del tálamo nupcial.

Oberón, duende, príncipe de duendes, y Titania, reina de las hadas, etéreos concursantes, evanescentes, insoportablemente leves, confusos, difusos… y tramposos.

Duende Berto, burlón[U2] .

Hermia, Lisandro, Casandro y Helena, víctimas[U3] .

Egeo, padre de Hermia y defensor de los derechos humanos, sus derechos (los suyos propios, no de los de su hija).

Tramoyistas, saltimbanquis, carpinteros, ebanistas, caldereros, costureros y el flautista de Hammelín, chapuceros, operarios de los más varios oficios necesarios sin otro beneficio que el aplauso y un penique, divertidos por burlados, despreciados, deslucidos, deslavados, aburridos, denostados, desahuciados, manirrotos…  y olvidados.

Séquitos varios que se quitan de en medio cuando hay trabajo que hacer pero que nunca se quitan cuando hay diversión de por medio. Corte de complacientes y aduladores sirvientes.



AUTOR Y ÉPOCA

William Shakespeare, el Bardo de Avon, dramaturgo, poeta y actor inglés,disfrutaba destrozando clásicos, como mi amigo Claudio.

Mi amigo Claudio disfrutaba destrozando clásicos, especialmente a William Shakespeare.

Todas las comadres de Stratford-upon-Avon, Warwickshire, Reino Unido acudieron al estreno de la primera aparición pública del futuro Bardo tal día como un  26 de abril de 1564 y su entrada en escena ya fue apoteósica. Aplaudieron a rabiar. Se había corrido la voz por toda la campiña inglesa la fecha y el lugar del asombroso acontecimiento. 

Merlín, el Mago, lo había anunciado por activa y por pasiva, como la Estrella en Belén anunció 1564 años antes exactamente, (en esto de las predicciones hay que ser muy exacto, no bastan aproximaciones.) la llegada de un nuevo Mesías que tampoco tuvo padre terrenal conocido: 

“¡El 26 de abril nacerá el Bastardo!”

El alguacil Benito, oficio al que entonces se le llamaba “heraldo”, lo proclamo trompetilla en mano. Se corrió la voz alquería en granja, de portal en puerta, de boca en oreja y, como suele suceder cuando el cartero no es uno solo desde el origen de la noticia hasta el consumidor final, el mensaje quedó devaluado: 

“El 26 de abril nacerá el Bardo”. 

Este fue el origen, el motivo y la razón de su sobrenombre, EL BARDO, por el que fue conocido en los ambientes teatrales.

Hizo mutis por el foro un día tal como el 23 de abril de 1616, según el papa Julio, y un 3 de mayo del mismo año, según el papa Gregorio. En esto, como en otros muchos asuntos, la iglesia católica, como la anglicana y como los partidos políticos, también está sometida a divisiones y disensiones internas[U4] .

Habrá que convocar un nuevo concilio para aclarar el tema[U5] .




COMENTARIO DE LA OBRA

¿Cuáles son los conflictos entre los personajes?

Brebajes, mejunjes, burbujas,  pócimas milagreras y milagrosos potajes.

Amores varios cruzados[U6] .

Cupido se bebió de un solo trago y con los ojos vendados la copa que estaba destinada para el buche de Baco. Se agujereó su carcaj, las saetas se le doblaron, el arco se destensó y aunque apuntó con firmeza hacia el corazón que tenía encomendado, dibujado a mano alzada en el mapa de su alma erótica de Celestina cortesana, donde quiso poner puso el ojo y puso la flecha pero el ojo estaba bizco, o birojo, por efecto del brebaje traicionero cosechado en una viña en el otoño para la fiesta del dios  de la Vendimia. (Pócima que en Roma llamaban vino y en la Grecia de Pericles y Herodoto, que eran de porte más fino, solían decir que su nombre era El Elixir de Dionisio. Pero tanto da que monta tanto: igual de borrachos era el dios griego como el romano y tanto les daba al uno como al otro tomarse el potaje en jarra como en vaso, en copa de bohemia como en dorado copón, en bota o en porrón o directamente de la espita.)

¡Y los destinos de las flechas doradas erraron[U7] !



¿Cómo son los personajes?

Los personajes pertenecen a mundos distintos y paralelos pero todos tienen un denominador común: el enamoramiento y la pareja.

Distintos planos se superponen: El de los seres mitológicos, el de los habitantes de los bosques, el de los amantes jóvenes y el de los bufones actores de teatro, parias desposeídos y proletarios[U8] .

Elementos cómicos de la obra: la risa, la alegría, la malicia

La risa, la alegría, la malicia, la sonrisa, la ironía son elementos que surgen como ondas inconscientes desde el fondo de la trama como se eleva la espuma por encima del nivel de la sobria seriedad cuando las olas el mar chocan contra el acantilado o como brotan las chispas bajo el golpe del martillo contra el hierro en la Fragua de Vulcano.

Berto Burlón, el duende, se burla y se divierte con las trampas de su oficio.

Teseo e Hipólita disfrutan en las Bodas de Canaán con los intentos inocentes e infantiles y las meteduras de pata de los cómicos de la lengua.

La risa, la alegría y la malicia, como tres hijas lozanas de un rey escapadas de un cuento, danzan y se contonean en el baile sin límites ni complejos, tras los actos nupciales y el ágape.

El rey padre de mi cuento y el duque desposado y la amazona se solazan y regocijan con  el espectáculo. En un segundo plano más inasible y etéreo Oberón y Titania, con la tranquilidad y la seguridad que da saberse invisibles, sonríen[U9] .

Los comediantes que pretenden divertir lo consiguen a su pesar, como divierte la inocencia del niño que cuenta su chiste nuevo recién descubierto. ¡Inocentes criaturas! ¡Son como niños! (al igual que algunos políticos[U10] ).

Los enamorados y enamoradas sufren y padecen embriagados por el elixir que les administran los duendes, por las luces vagas de la luna mentirosa[U11] , y cuando por fin acaba la obra saludan y doblan su reverencia sabiéndose los principales protagonistas ufanos y orgullosos. Acogen con gusto el aplauso del público pero tendrán que esperar hasta la noche en casa para ver en la moviola la obra reproducida porque ellos durante el espectáculo, ¡pobrecitos!, no se han enterado de nada.

Algo así me temo que nos esté sucediendo a muchos de nosotros con nuestra vida en el gran teatro del mundo para saber en realidad qué pasó durante la representación. Tendremos que acudir también a la moviola. Algunos le llaman a este aparato “el juicio final”.

¡Malditos duendes!


Realidad y magia

Como en la vida misma. Toda la vida, la vida de cada uno, cada vida, está sometida a las reglas asombrosamente entrelazadas de la realidad y de la magia. De hecho sólo hay una regla y distintas maneras de verla, un solo maniquí y distintas vestiduras, un solo esqueleto y distintas carnes, distintos cuerpos y distintas almas. “Sincronicidad” le llaman.

Teoría del universo multidimensional.

Cuando Jung acuñó este término para explicar que las cosas suceden simultáneamente y en varios planos a la vez éstas ya llevaban bastantes siglos y alguno más funcionando a nivel experimental sin que nadie, que a mí me conste, se atreviera a darle un  nombre o a explicarlo, por más que las cosechas de frutas del árbol de la ciencia del conocimiento ya andaban pudriéndose, caídas por el suelo, sin que nadie las recogiera.

Como capas de una cebolla, como los universos paralelos que Dante cruzó en su excursión cultural a los infiernos, al purgatorio y al cielo, como las órbitas de los planetas girando en torno al sol o los coros de electrones bailando alrededor del núcleo protagonista del átomo minúsculo, así se superponen las diferentes visiones y las acciones de los distintos grupos de intérpretes, actores simultáneos de mundos como espejos reflejados entre sí.

Y en este universo cada uno ve las flores y el arcoíris de un color distinto:

En este mundo traidor
nada es verdad ni es mentira;
todo es según el color
del cristal con que se mira.


Alguien escribió esto, un poeta sería, digo yo, en otro tiempo y en otro lugar para que yo lo copiara y lo pegara como piedra de esquina o de rincón en mi ficha literaria y otro con igual empeño, creo que fue Calderón, dijo con harta fortuna que toda la vida es sueño y los sueños… sueños son[U12] .

Y yo sueño con que escribo mientras vivo; y sueño con que vivo mientras describo mi sueño;  y trato de descifrar si es mentira o es verdad que mi mentira es un cabo suelto de la verdad, como Sabina decía, o si mi verdad se esconde en la farsa del ensueño o en el sueño de una farsa de una noche de San Juan hábilmente entretejida por las manos laboriosas una araña tejedora de mente lasciva y turbia entre la urdimbre y la trama de un fino paño de lino, de una alfombra de arpillera, de una esterilla de lana, de áspera lona o prieta pana, en un telar universal de múltiples dimensiones y donde el uso del huso y de la rueca y del telar corresponde tanto a duendes alfareros, como Oberón y Titania, como a condes duques y a otros mitos de la historia y la leyenda, como Hipólita y Teseo, o a los humanos deseos y a las divinas pasiones con que aderezan sus guisos los sufridos corazones de los que aún no están muertos porque todavía siguen vivos en este valle de risas, sonrisas y lágrimas…

Agradezco al camarero la bondad de que hizo gala cuando me sirvió, llenándome a rebosar de tinta el tintero donde se moja la pluma con que suscribo este texto y en el que se bañó en otro tiempo en buena hora la caña de faisán del monje que copió en carácter redondilla cien veces y sin faltas de ortografía, sin que ello fuera castigo impuesto, las cien voces del dictador que cien veces le dictó “El sueño de una noche de San Juan”.

Noventa y nueve copias se perdieron por los recodos de la historia o se quemaron en las lumbres de los hogares para ahuyentar de la cabeza al miedo y para espantar del corazón al frío y a los pesares. Solo una quedó, que se sepa: es ésta que tengo yo entre mis manos y que aquí y ahora leo y releo y que para mí la guardo.


“Hay un sueño soñándonos”
(Cita recogida en alguna parte que no consigo recordar dicha por alguien cuyo nombre he olvidado. Así adquieren el carácter de anónimo las frases célebres que un día a alguien se le ocurrió fustigado por un latigazo de brillantez. Dicho sea de paso, yo tengo ya la espalda, por esta causa, como la de un picado de San Vicente el día de Viernes Santo.)


¿Qué es el amor en esta obra?

Entre enamoramiento y amor hay una mayor proporción del primero frente al segundo. Con los enamoramientos juegan los duendes con sus jugos de violetas. El enamoramiento es junco débil que se dobla ante el empuje de suaves brisas. El amor es tronco fuerte de árbol milenario que soporta el embate de vendavales y huracanes[U13] . Hay enamoramiento en las jóvenes víctimas por los influjos lunáticos manipulados por los habitantes huidizos de los bosques. Hay amor en Teseo e Hipólita que quieren que el que unió sus corazones en tantas batallas impregne de su grandeza a los que se cobijan bajo su árbol o su paraguas.

Incluso hay amor en Shakespeare cuando da cobijo en su obra a actores mediocres de la compañía rival, dándoles espacio y tiempo en su sueño aunque sea como tramoyistas vanidosos, ampulosos y ridículos. Se nota que les profesa un cariño especial, del estilo del que siente Gila por el enemigo cuando le llama para que paren un cuarto de hora la guerra, si es posible,  porque se les ha atascado la cabeza del sargento en el cañón. En éste caso es cosa de soldados. En el primero es cosa de actores. Entre gremios y profesiones se lo cuecen y se lo guisan.








El enredo amoroso

En esto no se mató mucho la cabeza este novel autor de comedias. No se estrujó demasiado la mente. Se fue al rincón del vago y copió y pegó:

“Chico 1 quiere a chica 1.”

“Padre de chica 1 detesta a chico 1 porque tiene para su hija un partido mejor: chico 2.”

“Chico 2 se apunta al carro porque padre de chica 1 es un buen partido económico para su arcón, bajo de reservas.”

“Chica 2 quiere a chico 2 pero chico 2 pasa de chica 2.” 

“Aquí comienza el conflicto. Sube la tensión.”


Hasta aquí todo normal. Se habría resuelto el problema de la manera más civilizada: Duelo a muerte entre chico 1 y chico 2, a pistola o a espada según época o conveniencia del desenlace final o según disponibilidad de estos utensilios entre los atrezos. Al que conviene matar se le mata y al que se le quiere perdonar la vida se le perdona. En decidir a quién de los dos se salva o se elimina suele influir bastante la relación afectiva, amorosa y extramatrimonial entre el productor de la obra y la prima donna.

Pero lo que no estaba previsto es la aparición de personajes a quienes no se puede matar fácilmente por varias razones:

Una es porque están ya muertos y matarlos dos veces es una redundancia salvo que lo que se pretenda sea rematarlos.

La segunda es porque son leves, etéreos, hechos de una materia que no pesa y son inmunes tanto a las balas como al pinchazo de la punta del sable.

La tercera es porque son mitos y los mitos, de la misma manera que el criminal nuca gana, nunca mueren.

Con la aparición de estos nuevos factores la comedia que se desarrollaría en un plano bidimensional con visos de convertirse en tragedia, donde no faltaría ni la muerte de los teloneros además del apuntador que siempre muere, aunque sea el último, en estos casos, se salvaría gracias al descubrimiento de nuevas dimensiones: la tercera… la cuarta…la quinta… y así sucesivamente. 

Si Sófocles en su amada Atenas hubiera tenido acceso a estas técnicas infalibles habría podido brindarle a su querido Edipo nuevas vías de escape para perderse de vista sin necesidad de perder la vista[U14] .


La belleza verbal de la comedia

Y el verbo se hizo carne. Según es el verbo así es la carne. Si el verbo es refinado, refinados son los personajes como dioses en el parnaso. Si basto y burdo y chafardero y confuso, igualmente los personajes se confunden y se expresan de modo ininteligible[U15]  por más que se empeñen en lo contrario, atravesando amplia y cumplidamente esa fina o gruesa línea que divide lo sublime de lo ridículo. Los actores del teatro dentro del teatro de la compañía que ameniza las bodas de Teseo e Hipólita cumplen sobradamente con esta característica.


El teatro dentro del teatro

Y el sueño dentro del sueño.

Como en la película de Buñuel, “El discreto encanto de la burguesía”.

Uno cree que es el soñador que sueña, el protagonista del sueño y de su propia vida y resulta que, a la larga, sólo es una comparsa, un elemento del sueño de otro que a su vez se cree el protagonista de su propio sueño y de su historia mientras que es también únicamente paisaje y telón de fondo del sueño de un tercero.

Y de hecho somos todo ello al mismo tiempo, soñador y sueño, igual que tú y yo ahora, en este instante, yo mientras escribo y tú que ahora me lees.

¿A quién pertenece este sueño?




EXPERIENCIA DE LECTURA/ OPINIÓN PERSONAL SOBRE LA OBRA

Facilidad/dificultad de lectura: ¿por qué crees que ha sido así?

La facilidad o la dificultad de la lectura dependen también del día y del momento, y como el estado del tiempo es también variable e inestable.

Cuando se lee una obra hay que tener presente que la obra te está leyendo[U16] . Es un juego de espejos. ¿Quién lee a quien? ¿Quién mira a quien? ¿Quién está dentro y quién está fuera?

Como en la vida misma, los acontecimientos que creemos exteriores están sucediendo simultáneamente dentro de nosotros, de uno mismo, el mirón, el observador, el crítico.

Cuando se cae el muro de Berlín y se derrumba la Unión Soviética reaparece el Titánic para estrellarse de nuevo contra un nuevo iceberg mientras los pequeños barquitos que navegan por los procelosos mares de la bañera de nuestra personalidad se hunden chocando contra los hielos del Dry Tonic. Lo mismo sucede cuando unas torres gemelas son abatidas por el rayo, cuando vomitan lava y humo y cenizas las entrañas de la tierra en una isla balneario o un terremoto provoca un tsunami que provoca un desastre nuclear que provoca…

Cuando leemos un libro, cuando escribimos un cuento o una carta, cuando aplaudimos un verso, cuando damos un abrazo o degustamos un beso, cuando pensamos en alguien y le recordamos, cuando usamos la oración para suplir a la carta y al cartero y al mensajero damos vacación, cuando escribimos un diario para que nadie lo lea, cuando después aceptamos que la mirada curiosa por encima de tu hombro conozca todos tus secretos y uno más, cuando[U17] 


Aspectos o pasajes más interesantes para ti y el porqué

En el sueño de Shakespeare y en mi sueño, que es mi vida, y en mi vida, que es mi sueño, en esta obra de teatro, los actos se superponen y los mundos de distinta densidad interaccionan entre sí como en la vida misma, como si un solo y único proyector proyectase una única película en varias pantallas paralelas superpuestas y concéntricas como las capas de la cebolla, como las esferas del cielo, el purgatorio o el infierno o como los pasillos o caminos de un laberinto circular donde los cruces y las puertas son puentes que un ingeniero pontonero construyó  y un pontífice celoso mantiene para ensamblar analogías y tender por ellos el hilo conductor que Ariadna le prestó a Teseo.

Valoración justificada tuya: (obra buena, mala, atractiva, repelente, actual, desfasada… y el porqué de nuestras opiniones)

Hay obras que están escritas para un momento circunstancial determinado. Aún así, teniendo en cuenta que los seres humanos nos repetimos constantemente, a pesar de los intentos de Darwin por hacernos cambiar, al igual que los seres feroces (el tigre se repite cada día saliendo a cazar una gacela nueva sin acordarse que ya lo hizo el día anterior ¡qué mala memoria!), no debemos considerar desfasada ninguna obra y menos ésta que toca fibras y mundos internos que permanecen más allá de las tumbas que cava con sus cazos de azada la noria del tiempo.



En resumen:

Obra bastante buena. Este chico promete. Se hablará de él.
(Es una intuición mía[U18] )









SOBRESALIENTE 10 (PARA SHAKESPEARE Y PARA TI), POR LA CREATIVIDAD, LA ORIGINALIDAD Y LAS GANAS.

(¡Mi Reino por un caballo!)


Otros asuntos…
No es una jaca jerezana ni un caballo angloárabe, pero a mí me servirá. Tampoco tengo tanta prisa por salir huyendo. Se llama Platero y me lo ha prestado un amigo. Es pequeño, suave, tierno y peludo. Me espera un largo viaje. Tengo que estar el domingo en Jerusalén.

Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas. Lo llamo dulcemente: ¿Platero?, y viene a mí, con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en un no sé qué cascabeleo ideal.








 [U1]VEÁMOSLO


 [U2]¿SOLO?


 [U3]Y TAMBIÉN AGRESORES


 [U4]BUENA INFORMACIÓN


 [U5]ES COMO DICES: SE TRATA DE DOS CALENDARIOS DISTINTOS


 [U6]ESTO ES. SE TRATA DE UNA COMEDIA


 [U7]ESTO ESTÁ BIEN: DIVERTIDO Y CREATIVO


 [U8]Y LOS DUQUES


 [U9]DESPUÉS DE HABER ESTADO MUY ENFADADOS


 [U10]POCOS: CONOZCO A MÁS QUE SON COMO AVES RAPACES


 [U11]ESTO ES SHAKESPEARE


 [U12]BIEN TRAÍDO A COLACIÓN: ESTAMOS EN EL BARROCO Y HAY COMUNIDAD DE IDEAS


 [U13]¿HAY ALGÚN AMOR ASÍ EN ESTA OBRA?


 [U14]PERO NO ES SÓFOCLES, NI ES TRAGEDIA, CLARO


 [U15]SALVO QUE DETENGAMOS NUESTRA PRISA Y LEAMOS DÁNDOLE UNA OPORTUNIDAD AL TEXTO (COMO AL TUYO).


 [U16]ESTA IDEA ES SUGERENTE


 [U17]VALE


 [U18]NO SÉ YO...