viernes, 11 de mayo de 2018

FE DE ERRATAS

Lectora -o lector- que acabas de llegar hasta aquí empujado por los caprichos del destino, por casualidad, despistado o por exacta sincronicidad: Haces en mi recuento la número cinco. Han pasado dos años nuevos más. No importa; no tengo prisa. Tú tampoco. Estamos más allá, por encima o por debajo, de lo que significa el tiempo. Más allá también del bien y de mal.

Querida lectora (o lector): Aquí hay sabiduría. No lo olvides.



Este hacía tiempo que lo tenía reservado para ti:
Tómatelo en pequeñas dosis.

(soporífero ¿no?)

Y un “besazo” (síntesis de beso y abrazo)

                                                           (¡luego vas y lo cascas!)

¡¡Y DOS MÁS!!

(como los champis de El Soriano)
(pero en este caso los “dos más” son los años que han pasado desde el día que se fraguó mi trabajo y lo envié redactado con “dos más” años desde el día que me fue encargado.)
(sólo la profesora y “dos más” lectores conocen y han tenido acceso a mi trabajo.)


Lectora nº 4:
(Esa eres tú.)

No es fácil para mí decidirme a enviar mis trabajos a nadie.
Los límites me los ponen dos paréntesis, como digo en uno de ellos: el “ridículo” y el “escándalo.
El primero lo tengo bastante bien dominado, eso creo. En cuanto al segundo reconozco que depende mucho de la persona a quien va dirigido. Es fácil, muy fácil, escandalizar con solo abrir la boca. Nadie sabemos dónde está el punto sensible o la herida del otro que cuando la tocamos le hace gritar de dolor o estallar de ira o hundirse en el más profundo de los pozos. Por eso también digo en otro párrafo que el tímido no calla por temor sino por compasión.

También insisto en el error. Creo que no hay error y mis últimas indagaciones y estudios en temas de la vida a la luz de los faroles de oriente así me lo aseveran. Y creo no estar errado. Por lo tanto no se debe temer al error porque éste es parte de la Vida. Y la Vida no se equivoca, no yerra. Te digo esto para tranquilidad tuya. También lo digo en mis textos recogido de boca de Dalí: Los errores tienen un carácter sagrado; no intentéis corregirlos.”

Y no es el único que lo dice. De otra manera otro asegura que La Vida es aquello que sucede cuando intentamos hacer otra cosa.”

Enrique Martinez Lozano es la persona que nos dio el curso en Corella. El título de su último libro (hasta hoy): Crisis, crecimiento y despertar”. Lo compramos allí. Lo tenemos en casa. Lo suelo hojear y ojear. Tiene una frase y un capítulo: Lo que viene, conviene. Transformar la crisis en oportunidad de crecimiento.”

Cante por soleá: “Un sabio me dijo a mí / que los tiempos los tomara / según los viera venir.”

También hay una frase en el Evangelio y la trae a colación en sus charlas Emilio Carrillo que dice: El candil hay que ponerlo sobre la mesa; no hay que guardarlo bajo un celemín.” El que sabe algo y puede aportar algo de luz debe hacerlo para alumbrar aunque alguno, más de uno, se quede deslumbrado. De noche, cuando voy conduciendo por la carretera y viene otro coche en sentido contrario, acostumbro -y así lo ordena o lo aconseja el código de la circulación- a poner las luces cortas. Hay veces que el que viene de frente no lo hace y te deslumbra. (A veces cuando alguien me mira de frente también bajo la vista para no deslumbrar y para que no me deslumbre. Bueno… pero esto es otra historia y otra metáfora… ¡y otro  farol!)

Otra, ésta de Lucca Pacioli:

“… Vuestra Alteza dijo, con sus áureas y melifluas palabras, que es
digno de grandísima consideración de Dios y del mundo aquel que,
estando dotado de alguna virtud, la comunica a los demás de buen
grado, cosa que es caridad para con el prójimo y alabanza y honor
para él mismo, imitando el sagrado dicho quod ne sine _gmento
didice et sine invidia libenter comunico…
. . . grandemente excitado por las mencionadas palabras recobré
aliento en la solitaria pendiente para preparar este breve compendio
y utilísimo tratado titulado La Divina Proporción. . .
. . . como firrman Aristóteles y Averroes, nuestra matemáticas son
las mas verdaderas de las cosas verdaderas, en el primer grado de
la certeza, y a ellas siguen todas las demás ciencias naturales…”

Y por último un cuento oriental recogido por Anthony de Mello en su libro ”¿Quién puede hacer que amanezca?”:
Un aguador iba al río a por agua con dos jarrones: uno era perfecto: No perdía ni gota. El otro tenía alguna grieta y perdía gotas a todo lo largo del camino.  El primero estaba orgulloso de sí. El segundo se culpaba de no cumplir bien su cometido.
Un día observaron que un lado del camino estaba lleno de bellísimas flores; el  otro, no. El cántaro quebrado preguntó a su dueño: ¿A qué se debe esto? Respondió el aguador: El agua que perdías todos los días durante nuestro regreso del río a casa ha regado las semillas… por eso han florecido.



Así entregué mi trabajo:


De: Julio Fidel 

Enviado el: miércoles, 26 de septiembre de 2012 10:28

Para: Susana

Asunto: FÉ DE ERRATAS

… dos años después…

He recuperado algunos de mis trabajos.
Diógenes

Conviene leerse primero el libro de instrucciones: "MANEJO DEL MICROSCOPIO"

(Ya ni siquiera me acuerdo de cuando perdí la memoria.)

(¡Pido perdón!)


(El de las madres no es mío pero me ha parecido muy oportuno invitarle a este salón de baile. Copio y pego tal cual, sin cambiarle ni un punto ni una coma ni un punto y coma.)

Añadir leyenda
Hay un verbo que nuestro profesor de literatura Miguel Angel domina y maneja a la perfección: “perpetrar”. Ese mismo es el que yo conjugo en primera persona: yo perpetro…

Hay otro palabro o vocablo que, cual mariposa monarca extraviada de su nube migratoria, ha aparecido posada en mi hombro y me susurra muy bajito al oído chismes para su propalación: Tiene nombre propio y éste es: “procrastinación”

La procrastinación (del latín: pro, adelante, y crastinus, referente al futuro), postergación o posposición, es la acción o hábito de postergar actividades o situaciones que deben atenderse, sustituyéndolas por otras situaciones más irrelevantes y agradables.

Mi primera propuesta de trabajo fue: “Mi amiga, la abeja”. ” La abeja  en peligro de extinción”. Investigué y lo que no hallé lo inventé pero mi trabajo sigue en el taller, si no mil, sí cien veces retocado y no a mi gusto. Tal vez algún día consiga terminarlo y pueda presentarlo como prótesis doctoral.

Como el tiempo pasa y debo atender otros asuntos y prestar la mayor atención posible a nuevas asignaturas en el módulo III he decidido recuperar y enviar algunos de mis trabajos, ensayos o errores o erratas, del baúl donde los guardo junto con otros tesoros procedentes de mis viajes y aventuras a todo lo largo y ancho de los mares de este mundo como grumete en el bajel del capitán Kidd.

Y como una de las cosas que he aprendido de mi capitán es que “Lo que no se da se pierde” ofrezco para la ciencia y la investigación los desechos de mi cerebro. Me refiero exclusivamente a los vapores que del mismo se desprenden. La parte física y material me la quedo todavía durante una temporada más que espero que sea larga y duradera. Si algún departamento de investigación ambicioso la pretende le advierto que tendrá que esperar.

Sólo espero que el batir de alas de mi mariposa que supone pinchar en el botón “enviar” no provoque tsunamis ni ciclones ni huracanes ni tormentas de arenas ni erupciones volcánicas. Sé que suele pasar y no tengo la más mínima intención de hacerme responsable de ello. Si es preciso lo negaré todo.

Que pases un feliz día y que sea fructífero el nuevo curso para ti y para tus nuevos alumnos como lo ha sido para mí que, como ves, después de dos años todavía sigue dando frutos. Otra cosa es la mermelada que se pueda hacer con ellos.
No sería mala idea incluirla en una cata de confituras e invitar a los alumnos de la universidad de la experiencia del módulo I, tal como hiciste con nosotros en la cata de quesos.

Ná más.

Julio


Y esta es la respuesta que recibí:


De: Susana 

Enviado el: jueves, 27 de septiembre de 2012 10:36

Para: Julio Fidel

Asunto: Re: FÉ DE ERRATAS

Pero bueno....! Qué sorpresa, Julio!.
Verdaderamente he pasado un rato estupendo (y totalmente inesperado) con los "frutos de tu cerebro". No he logrado hacer mermelada pero sí he sonreído durante mucho rato. Gracias por tu mensaje pues, por recordar alguna de mis frases (debo decir que, fuera de contexto, no tienen ninguna gracia) y por compartir conmigo (ya más en plan colegas que alumno-profesora) alguno de tus "vapores".
¡Qué continúes durante muchos años más utilizando ese estupendo cerebro!.
Un gran abrazo,
Susana



Así se lo conté a mis amigos, lectores nº 2 y 3:


De: Julio Fidel 

Enviado el: jueves, 06 de marzo de 2014 12:52

Para: Jesús

Asunto: RV: FÉ DE ERRATAS

Hola, Jesús:
Eres el lector nº 3, como ves. Estáis numerados.
Normalmente sueles ser el primero pero esta vez se te han adelantado otra y otro. No me lo tengas en cuenta. Ni a ella y ni a él tampoco.
Ella es mi  profesora de biología, o lo fue, porque ya terminé la asignatura, el curso y la aventura de la carrera universitaria. (¡A estas alturas!)
El es un amigo con quien comparto muchas cosas, especialmente flores y jardín, además de nuestro amor apasionado por Lolita.
En Sevilla no llueve pero hoy lloverá. Deja el paraguas en casa tú también.
Un abrazo y disfruta, que yo disfruto cada vez que comparto.
Creo que ese es el mayor placer de vivir: COMPARTIR

Y, como bien decías el otro día cuando hablábamos por teléfono, somos lo que somos en función de con quién estamos en cada momento. Si no estamos con nadie, sencillamente no somos. Yo ahora estoy contigo.
Un abrazo.
Julio


De: Julio Fidel 

Enviado el: martes, 22 de octubre de 2013 21:02

Para: ANTONIO

Asunto: RV: FÉ DE ERRATAS

Querido Antonio:
En primer lugar: ¡Feliz Cumpleaños!
Creo que son 70, ¿no? Siete décadas nada más y nada menos.(1943: año de la cabra, según la astrología china.)

¿Qué tal van tus clases de enología? ¿Has comenzado ya las catas en el laboratorio?¡Ten cuidado!¡No abuses!
Sabía que te gustaba el vino pero no hasta qué punto. Ahora ya lo sé. A mí también me gusta. No eres el único. (¡Y las mujeres!)

Sé que lo que de verdad te interesa es la biología. A mí también. Y la religión y las matemáticas y la física y la filosofía y la astronomía (¡Y las flores de tu jardín:!¡Cuánta belleza!)

A comienzo del curso pasado envié con bastante retraso un trabajo de biología a nuestra profesora Susana. Éste no lo he compartido con nadie todavía. No sé si lo haré. Tal vez no.
Como creo que es entretenido y contiene algunas perlas de sabiduría acepta esta primera copia como regalo de cumpleaños.

Repasa el libro de instrucciones y no abras tu paraguas: deja que te empape la lluvia.

Un abrazo y que termines bien el día.
Julio










Hoy es 11/05/2018
Mi trabajo está incompleto. No es esto que ves aquí. Esto es tan solo la carta de presentación.
Han pasado más de dos años desde que decidí colgar en este blog un trabajo más de los que tuve que hacer - muy a gusto, por cierto- en mi paso por la Universidad de la Experiencia.
Lo lanzo como adelanto, como anticipo, en mi lucha contra la procrastinación -batalla perdida de antemano- y lo hago para que no se pierda, al menos esta parte.
Tal vez encuentre momento y lugar para publicar el resto.
Si lo encuentras digestible, ¡buen provecho!
En caso contrario, el mundo de internet es vasto, vastísimo y también muy a menudo basto, bastísimo. Tú eliges. 

¿Te has leído ya el libro de instrucciones: "MANEJO DEL MICROSCOPIO"?


sábado, 16 de enero de 2016

El círculo hiperfecto



Él nunca lo haría. No lo abandones.


Dicen que "segundas partes nunca fueron buenas", lo digo por segunda vez y lo repito por primera, pero eso debe de referirse exclusivamente a cuando solo hay dos. Una vez que se llega a tres, salvado éste primer obstáculo, el de la ineludible comparación, entramos en "la trilogía" que como su propio nombre indica consta de tres tratados de pretendida sabiduría. 

Cuando formulé mi primera tesis de "El círculo perfecto", dejé la puerta abierta para una continuación que posteriormente cuajó en "El círculo imperfecto". Hasta aquí todo correcto y perfecto, o casi. 

Circunstancias coyunturales de aquel momento políticamente imperfecto me tomaron de la mano para, sin yo mismo pretenderlo, guiado más por duendes que por musas, formular la tercera parte de mi soberana hipótesis,"El círculo pluscuamperfecto", éste sí, políticamente incorrecto pero no imperfecto.

Encuaderné los tres volúmenes en una bella carpeta de cartoné de lujo con el rimbombante título de "Mis círculos concéntricos".(*)



Creí que con esto había saldado con la ciencia todo lo que la ciencia, a lo largo de mi estrecha colaboración como burro de noria invitado al giro de este planeta, había hecho por mí, pero no ha sido así. Parece ser que aún estoy en números rojos y con deudas pendientes.

Como quiero estar en paz con la ciencia y con mi conciencia, con el dueño del burro, con quien cabalga sobre él sosteniendo el palo del que cuelga la zanahoria y con el Supremo Encargado del Gran Carrusel, he decidido completar mi particular sistema planetario con el trazado una nueva órbita estelar: "El circulo hiperfecto". 


Cuando El Gran Relojero decidió hacernos coparticipes, a algunos como meretrices y a otros como aprendices del oficio sin sueldobeneficio ni salario en el montaje del Gran Reloj Universal, no se le ocurrió otra cosa mejor que hacer que enviarnos a buscar por las cuatro esquinas del universo desconocido y multidimensional las piezas más diminutas perdidas... extraviadas... abandonadas... desperdigadas...

Obediente y bien mandado, como corresponde a mi condición de chico listo para los recados siempre dispuesto, desempolvé mi pundonor y me puse sin demora ni tardanza a la tarea encomendada de traer hasta el redil a cuanta bendita descarriada me encontrara por ahí.

En ello andaba camino del burdel, pues bien sabido es que es en ese santo lugar tan inhóspito de día como hospitalario de noche donde, según dicen, se hallan las más y de paso disfrutar de alguna migaja del banquete bacanal... cuando he aquí que topeme en mi camino con algo inesperado que invitome a reflexión: 

Un carrito descarriado de la compra del hipermercado: 


¡Abandonado! 


Él nunca lo haría, por supuesto.



Fue tal el impacto que este hallazgo me produjo que olvideme al instante del lugar al cual me dirigía, privando de la orgía singular a mi fino paladar que en tal se relamía. Y juntóseme en el acto mi compasión y mi manía y mi afición casi obsesiva por la Sagrada Geometría y  la Divina Perfección. 

Yo las calles recorrí, cuesta arriba los subí, cuesta abajo los bajé, cuantos pude recogí, uno a uno los junté, los uní y los coloqué, los medí y los orienté con referencia al nadir y cuando el círculo al fin carro con carro cerré... ¡encerrado me quedé!... y sentadito con mi cara lela de alelí como aquel día en el que con mi inocencia infantil al corro de la "alupé" ensalada me comí, como comen los señores.

Y ahora que estoy aquí, no sé cómo ni por qué, ni qué diablos he de hacer para conseguir salir de esta encerrona mortal que yo mismo me he montado por tratar de encarrialar al descarriado. 

"-¡Mejor lo hubieras dejado!", se queja mi paladar.


¡Help!

... ... ...


Tras una larga reflexión, 
en mi espera sin esperanza, 
creo haber hallado la posible solución 
a la profunda demanda de mi afligido corazón:


¡Abducción!


(¡Sacadme de aquíiiii...!)






Moraleja: 
No te metas en camisa de once varas ni en berenjenales 
por salvar y traer de regreso al buen camino al extraviado, 
que luego tú... ¡a ver como sales!


Moraleja matemática: 
El número complejo tiene una parte real y otra imaginaria. 
Cuando la real se mete en un lío que parece irresoluble, la imaginaria 
acude en su socorro para sacarle las castañas del fuego. 
La Vida también es compleja y tiene una parte real y otra imaginaria.


Circulando por la red en busca de otros círculos dí con este:
Cuando la esfera aplanizó en Planilandia 
todos los círculos la reconocieron como uno de los suyos:

-"Es de los nuestros"- dijeron.



sábado, 21 de noviembre de 2015

EL AHOGADO EN LA BODEGA MÁS FAMOSO DEL MUNDO


En clase de creación literaria tuvimos que leer un pequeño texto de Gabriel García Márquez, "El ahogado más hermoso del mundo", y presentar nuestro comentario y análisis técnico acerca del mismo para ser sometido a la visión crítica del microscopio inmisericorde de nuestro profesor magnífico para su valoración. Yo  presenté el mío y obtuve la merecida (o inmerecida) calificación de "Aprobado cum laude". 

Podía haberme conformado con ello pero la ambición no descansa y el músculo tampoco duerme todo lo que debieran y siempre demandan un poco más. Así que, armándome del valor que se me supone y aprovechando la favorable conjunción de los astros, decidí atacar con imprudente osadía esta segunda parte:
 

EL AHOGADO EN LA BODEGA MÁS HERMOSO DEL MUNDO… 
Y EL MÁS BEODO.







FICHA DE TÉCNICA EN LA NOVELA
COMENTARIO SOBRE LA TÉCNICA EN
Gabriel GARCÍA MÁRQUEZ, "El ahogado más hermoso del mundo"

Dicen que segundas partes nunca fueron buenas. ¡Falso! ¡Mentira! Y si no, que se lo pregunten a Cervantes. (Aunque, claro, entre una y otra estuvo la de Avellaneda, que tampoco debe estar mal.) Yo ya he presentado mi trabajo ante Miguel Ángel pero no me he quedado conforme. Quiero subir nota.

Esta versión en segunda edición tiene carácter autobiográfico aunque esté narrada en tercera persona. Sé lo que más de uno pensará para sí y se callará y sé también que hasta habrá quien se atreverá con inusitada osadía a manifestarlo en voz alta: “Quien tiene hambre con pan sueña”. (Que tenga cuidado: Aunque tengo algunos lapsus de memoria no se me olvidan fácilmente las caras.)

El ahogado más hermoso del mundo se llamaba Esteban pero no fue el más famoso.
El ahogado más famoso del mundo se libró (según El Libro), gracias a un Soplo Divino, de ahogarse de una vez por todas en las aguas del famoso Diluvio Universal que es cuando y donde se ahogaron la mayor parte de los ahogados de este mundo pero que no cuentan, entre otras cosas, porque no estaban contados y además eran anónimos, es decir, que no tenían nombre, no como Esteban. Es importante tener un nombre, como por ejemplo Esteban, sobre todo para no caer en el anonimato.

Se salvó porque construyó un Arca de Madera de Roble justo a tiempo gracias a que Alguien le avisó de lo que se avecinaba. Se llevó con él todo lo que pudo, esposas, cuñadas, nueras, siervas, incluso alguna vecina, una prima en (buen) estado, la sobrina de un cuñado, la granja de animales al completo y hasta parte de la hacienda. Como no sabía lo que iba a durar aquello porque como todas las cosas en esta vida, según dice mi abuela, incluidas las guerras, se sabe muy bien cuándo empiezan pero no cuando van a  acabar, procuró aprovisionarse de bebida y buenos alimentos.

Comenzaron las primeras gotas, frías, allá por el mes de septiembre, pocas. Se fueron calentando y haciéndose más abundantes a lo largo de las primeras semanas de octubre. Apuró hasta el último momento, la uva estaba redonda y tersa, en su punto justo para vendimiar. Cargó en el arca toda la cosecha. Fue excelente además de generosa. Tuvo que improvisar nuevos compartimentos no contemplados en el proyecto inicial original, igualmente en madera noble de roble. Se redujo el espacio destinado al pasaje y a la tripulación. A las mujeres les buscó un lugar confortable y cómodo cercano a su alcoba en el puente de mando, los hombres buscaron su acomodo como mejor pudieron en los bancos corridos de la galera junto a los remos y los grilletes. Los racimos exuberantes y hermosos rebosaban por encima de las barandillas de la borda.

Más tarde, cuando ya los que negaban a ultranza la evidencia del cambio climático comenzaron a darse cuenta de que aquello iba en serio y para largo y algunos, los más hábiles, consiguieron fabricarse algunas pateras con las astillas y los restos del andamiaje abandonado por Noé, los que consiguieron hacerse a la mar sin mojarse demasiado se morían de admiración y de envidia al ver aquella magnifica nave tan bien velada y adornada con tanta fruta que de haberlo conocido habrían jurado y perjurado que se trataba de un cuadro de Archimboldo. Pero la verdad es que para ellos en aquel momento no estaba el horno para boldos ni para bollos. Tenían asuntos más urgentes en los que pensar.

(Quien esto os cuenta no creáis que obtuvo su información de los legajos originales que se apiñaban desordenados en los arcones, cofres o baúles y ordenados en los anaqueles de la Magna Biblioteca envidia de las naciones vecinas pues todo se perdió tras la riada. Bebió de otras fuentes. Bebió de otros grifos. Bebió de otras espitas. Bebió...)

Pasaron cuarenta días, según dicen, que a los hombres se les hicieron interminables, como cuarenta años. Envejecieron. A Noé no. A Noé se le paró el tiempo. Rejuveneció. Pero todo lo bueno se acaba un mal día y el diluvio también se acabó. Y hubo que poner los pies en la tierra. Bajaron todos y todas. Noé se negó en rotundo.

Durante cuarenta días más estuvo Noé dentro del arca, sin salir, sin ni siquiera asomarse a ver el sol y la claridad del día por la claraboya o el tragaluz, negando lo evidente. Rogó al cielo, rezó, oró, imploró, elevó sus plegarias pidiendo que volviera a llover. Se dejó la piel que cubría sus rótulas en la tarima de la cubierta de su nave encallada de tanto arrodillarse en ruego y oración. Cuando, ya abatido, vio que éstas no eran oídas por ningún oído divino ni humano cantó desesperado, desafinó todo cuanto pudo en un último intento y por fin se derrumbó. Al derrumbarse no creáis que se derrumbó como cualquier hombre que se derrumba. Se derrumbó con estrepito, como se derrumba un edificio en llanto, como se derrumba una torre de babel herida por el rayo, como se derrumba una torre gemela, como se derrumba tras ella su gemela hermana…

Al principio no le dieron importancia. Les tenía acostumbrados. Era el Patriarca y ya antes de lo del diluvio solía ausentarse por largas temporadas. Tenía otros pastos y otra ganadería que debía atender. Pero se les hacía que esta vez tardaba demasiado y además en el Arca ya no quedaba nadie más que él. Así que armados de paciencia y valor fueron a buscarle. Tardaron pero por fin lo encontraron. Allí estaba, morado, en el fondo de la cuba, hecho un guiñapo, hecho un despojo, cubierto de abrojo y de pellejo de uva, de algo rojo que asemejaba alga. Parece ser que en su caída tropezó y se cayó. Morado solía ponerse con relativa frecuencia, y morado y tibio se puso durante el tiempo que permaneció en el puente de mando encerrado, protegiendo a sus protegidas del aguacero y la tormenta pero esto de ahora era algo nuevo y distinto, inesperado y desconcertante.

Habían visto desde la barandilla del crucero ahogarse a muchos pequeños navegantes con sus frágiles barquillas estrellándose contra el casco del Arca intentando aferrarse al cable del ancla para subir. A alguno hasta tuvieron que darle un empujoncito y echarlo otra vez al mar en el último momento cuando casi lo consigue. ¡Qué se había creído! ¡No hay sitio para todos! Conocían perfectamente lo que era un ahogado. Así que cuando lo vieron de esta guisa en fondo del lagar no lo dudaron ni por un momento: “Está ahogado”, sentenció el mayor de los hijos. “Sí”, asintieron lacónicamente los dos  menores igualmente convencidos.

Andaban los deudos del finado con los preparativos de las exequias pero con la mente puesta más en las cuestiones de herencia que en lo que celebraban. Habían contratado junto con las plañideras de oficio los servicios del Coro del Ejercito Asirio para cantarle al ahogado un Miserere, aprovechando que estaban de paso por allí camino de Babilonia en busca de solaz.

Sonaban armoniosas estas dulces notas lastimosas cuando un aria no invitada, poderosa, ardiente como la madera seca del sarmiento que crepita en el hogar antes de dar su último adiós de despedida y un abraso a la chuletilla convidada principal del homenaje, una voz áspera y quebrada, de cantante de color (negro) de jazz, una voz negra de blue, una voz rasgada y rota, desgarrada, rasgó el luto y el velo de tul de la sábana mortuoria y el silencio sepulcral trastocando en alegría y bacanal con entrada tan triunfal la tristeza del Mar Muerto. Enmudeció el coro.

De ese canto soberbio quedó grabado a fuego y para siempre en la historia y la memoria de todos los presentes, como clavo con martillo, el insistente verso final de estribillo:

“… pero tenemos un vino que resucita a los muertos.”

(Y no estaba muerto, no, no.)
(Estaba tomando… vino, no, no.)



Otras coplas procedentes de las cuatro esquinas del planeta se sumaron al concierto:

       “Si el vino viene, viene la vida, vuelvo a tu viña, tierra querida…”

¡Y cuando lloren las viñas 
para que rían los hombres, 
he de volver en las copas 
que habré de mojar las bocas 
de mis viejos compañeros 
o tal vez de la que quiero 
y no me pudo querer...

y en una noche de farra 
cuando lleven la guitarra 
si ven al vino llorar 
déjenlo llorar su pena 
déjenlo llorar su pena 
que en la lágrima morena 
como nunca he de cantar!

 (Volver en vino, Horacio Guaraní.)




El humilde cronista, animado por los coros asirios, por la guitarra
por una lágrima morena derramada en el borde de su cuenco y
por una lágrima furtiva derramada en la borda de su cuenca
se animó y escribió la suya:

“¡Vaya vino de primera, Señor!
¡No hay ningún vino mejor para el fino paladar
que acompañe al buen yantar que este vino superior
de la bodega de Juan
Campinún!”





Queridos amigos, compañeros del alma, compañeros del aula y del pupitre, viejos compañeros, viejos, y querido profesor, maestro emérito por méritos propios:

Ésta foto, algo retocada,  es una de las varias que nos hizo Antonio el día que me cantasteis, con vuestro coro de voces blancas y alguna que otra de color cazalla, mi muy feliz cumpleaños feliz en la bodega de Sole en Yécora el día de Santa Rita.

Fue antes de que se hundiera el suelo bajo nuestros pies y nos cayéramos dentro de la barrica de roble con todo el equipo. (Como le sucedió a Obélix en otro tiempo, en otro lugar y en otra historia.)

Aunque no pasó nada grave, a partir de entonces ya nada ha sido ni creo que vuelva a ser como antes:

Me basta con percibir el aroma que desprende el vidrio de la copa que antes contuvo el Sagrado Vino para sucumbir ante sus maravillosos efectos saludables y benéficos aunque de lo que esté llena sea de agua dulce potable y clorada del grifo.

Ésta es la verdadera raíz del famoso milagro de las bodas de Canaán… 
y de las bodegas de Campinún.

Aunque suene a sacrilegio e irreverencia con este sistema todos los milagros son posibles.
Si falto a la cita de Entrepuentes o llego tarde hay una razón: He ido a patentarlo. No me esperéis.

Me he echado un trago de este elixir milagroso antes de ponerme a escribir.

Un afrazo y mushos fesos.

Julio


(Nota 1: 
Creo que se me ha ido un pelín la mano con el photoshop. Aún no domino bien la técnica.)

(Nota 2: 
Reconozco que también se me va el dedo con la tecla. La culpa fue del Campinún.)

  
(A la cita de Entrepuentes si puedo voy.)
(Como es posible que llegue tarde, id pidiéndome un vaso de agua, por favor.)

  
(Ya sé lo que estás pensando:

“-¡Hay que echarle valor!”;-¡Con la  que está cayendo…!”)





Epílogo:

Es importante tener un nombre propio que, como su propio nombre indica, es el nombre que nos pertenece por derecho propio. Ejemplo: Esteban.

Normalmente los nombres propios se escriben con mayúsculas, como por ejemplo Dios que no hay más que uno aunque sea trino. Los dioses menores por ser tan comunes son impropios de este nombre.

El nombre propio no caduca. Tiene una vigencia que no tienen las células aunque sean madres. Permanece más allá de la muerte. ¿Dónde están las células madre de Homero?, por ejemplo, ¿o las de Noé?, ¿o las de la madre Eva? Cuando Dios entregó en usufructo la finca de El Paraíso a Adán para su uso y disfrute éste lo primero que hizo fue ponerles nombres a todos los animales y plantas que lo poblaban para alejarlos de la amenaza del olvido. Luego Noé tuvo que cargar con ellos en el Arca. Gracias a eso se salvaron de morir ahogados. No como los mosquitos que no tienen nombre y por eso se tuvieron que quedar en tierra. Eso sin contar con los ahogados sin nombre que se ahogaron en el mar del olvido. Esteban no.

Es importante que los muertos tengan un nombre para que vivan. Si no tienen nombre es como si nunca hubieran existido. Y si ellos no existieron tampoco sus descendientes. Es importante saber cómo se llama tu padre, o se llamó, y tu abuelo y tu bisabuelo y tu tatarabuelo. Y lo mismo ocurre con tu madre y tu abuela y tu bisabuela y tu tatarabuela,  aunque esto es más fácil.

Dada la enorme dificultad que existe para conocer la línea directa, recta y verdadera de tu ascendencia por línea paterna hasta Adán, es por eso que se inventó en su día el patronímico aunque tampoco ello es garantía suficiente de linaje de alcurnia. La curnia ha sido una enfermedad endémica de nuestra estirpe desde el comienzo de los tiempos antes incluso de la expulsión y el destierro.

Por eso cuando el ahogado más hermoso del mundo llegó a la playa disfrazado de alga y las pobladoras del poblado primero y los pobladores después le adoptaron se acordaron de sus primeros padres Adán y Eva (a los últimos muchos ni los conocieron,  unos porque se ahogaron pronto sin dejar un nombre en herencia y nacieron póstumos y huérfanos de apellido y otros porque sencillamente no quisieron hacerse cargo de la carga que suponía alimentar una boca de más) y lo primero que hicieron fue bautizarlo y ponerle nombre: Esteban.

No he querido poner vuestros nombres en la foto. Espero que vosotros mismos os reconozcáis.

Confieso que pasado el efecto primero ni yo mismo os distingo. Además apenas me acuerdo de cómo os llamáis. A duras penas reconozco al maestro. Sé que estuvo allí. Sé que yo también estuve y que no ha sido un sueño porque me llevé la copa y la tengo en la vitrina junto con las del último campeonato deportivo y las medallas. Está vacía pero todavía desprende un exquisito aroma que impregna toda la casa…

Sé que estuvo también el bodeguero, el que hizo el milagro, y su madre…





Julio Fidel









Agradecimientos:

Gracias, Sole, por tu invitación a tu bodega coincidiendo con el día de mi cumpleaños el último día de curso.

A los demás, gracias por celebrarlo conmigo, por vuestra amistad  y por vuestro coro de  voces blancas.

A ti, Miguel Angel,  gracias por el estímulo de tus enseñanzas y tus comentarios  y por sacar lo mejor de mí y lo peor a base de interrogatorios implacables y vueltas de manivela de potro.

No pude asistir tampoco esta vez a la cita de Entrepuentes. He intentado justificarme pero no me creáis demasiado.

Con mi mayor afecto…
Un abrazo
Julio











P.D.: (más de dos años después)

Rememorando este encuentro 
en tarde tan placentera, 
me acerqué a la cristalera 
para apurar el recuerdo.













Contemplando los trofeos 
tras la vitrina emplomada, 
desde que alzara mi copa 
y, tras de brindar, la hurtara 
como testigo de un triunfo 
de aquella noche de farra 
para llevarla a mi feudo 
ya han rodado dos añadas.

Con la música de fondo 
del fondo de la robada
una canción se desprende
desde el estante hasta el alma,
gota a gota, verso a verso
e inunda toda la estancia.
Solo el corazón la entiende:
Parece que el vino hablara.






(Guarda la copa de nuevo en su altar, 
que antes de que acabe el año hemos de volverla a usar;  
ocasión no ha de faltar.)

(Y guarda mi afecto en tu corazón.)




martes, 1 de septiembre de 2015

LA DIVINA COMEDIA

Éste fue mi comentario obligatorio, que no obligado, tras la lectura de la obra "La Divina Comedia" de Dante, cuya exposición previa nos hizo nuestro profesor Miguel Ángel, en su clase de literatura para los alumnos de la Universidad de la Experiencia. 

Después de escuchar atentamente lo que pude, releer con cierta urgencia algunos capítulos de la voluminosa obra, tamizarlos pasándolos por la criba de mi propia experiencia y acariciar con ternura el lomo del ejemplar que adorna mi biblioteca, realizado en edición cartoné de lujo a juego con la moqueta y el sofá, me dispuse a escribir mi comentario, el mismo que ahora publico esperando que si algo te resuena, te pueda resultar de alguna utilidad en tu propio viaje interior.

No es gran cosa, no es un mapa, apenas una señal de tráfico provisional en una carretera en obras...

Con mis mejores deseos...

                                  Julio Fidel Díez Reinares

FICHA DE LECTURA
LA DIVINA COMEDIA
AUTOR Y ÉPOCA: Dante y el final de la Edad Media

Autor: DANTE ALIGUIERI (1261-1321  d. de C.)
Época: RENACIMIENTO ITALIANO.



COMENTARIO DE LA OBRA



¿QUÉ IDEA SACAS DE DANTE TRAS LEER LA DIVINA COMEDIA?

Dante es una persona culta. Ha leído a todos los clásicos. Por otro lado se ha implicado en los problemas de su tiempo tomando partido hasta mancharse. En modo alguno es tibio. Se ha granjeado la enemistad de gente poderosa. Esta gente ha tomado sus medidas para quitarle de en medio. Es una persona incómoda. Pero Dante tampoco perdona. Tiene la habilidad de la palabra y el don o la irremediable conducta de no poder ni querer callarse.

Por otro lado le acompaña un cierto orgullo, podría ser soberbia, que le hace no ceder ante nada ni ante nadie que pretenda humillarle. No se calla. Su voz es un megáfono. Y su arma es la palabra. En este sentido se podría asimilar a los profetas bíblicos. La palabra frente al poder.

Pero por otro lado no es alguien que esté conectado con la Verdad de manera que ésta le guíe sin temblor. Tiene zonas oscuras. Tiene muchos defectos. Es capaz de odiar y ser vengativo. La pantera, el león y la loba las lleva consigo. Comienza La Comedia hallándose perdido. Es su peregrinaje. Tiene que pedir ayuda y la encuentra en Virgilio, su alma antigua gemela.



DIOS Y EL CRISTIANISMO EN LA OBRA

No cabe duda que el cristianismo y toda la teología reinante influye de un modo considerable en el pensamiento de Dante. Toda la sociedad está saliendo como puede de la noche de la Edad Media. Dante es conservador, acepta la tradición, pero los clásicos también están en él.

La lucha se produce en su interior. Pide ayuda sincera a aquellos en quienes cree, Virgilio, Homero, pero no renuncia a la teología. De este modo San Bernardo aparece como guía cuando Virgilio, el pagano, ya no está.


LO HUMANO (bueno y malo) EN LA OBRA

Lo bueno y lo malo está marcado por la escala de valores del cristianismo de esta época.

Las virtudes cardinales frente a los pecados capitales. Cada uno de estos pecados tiene su correspondiente círculo en el infierno para los condenados a cadena perpetua y en el purgatorio para quienes aún aspiran a salir redimidos, purgados, tras un periodo de duración más o menos larga en función de la gravedad de sus culpas. Así como en la tierra.



LO TERRIBLE, ATRACTIVO, REPULSIVO… DEL INFIERNO

De todo hay en la viña del señor. Hay lugares fríos, muy fríos. Pero también está ese lugar donde están los dos enamorados que traicionaron por amor. No tiene qué ser tan malo ese castigo. O Dante no se atrevió a pensarlo o, si lo pensó, no se atrevió a crear otro limbo sólo para ellos o a buscarles un apartado rincón en alguna cornisa si otro uso en el purgatorio.

EL PURGATORIO

El purgatorio está hecho para los pecados veniales. Es como un infierno “light”.
El purgatorio tiene estrellas. Hay esperanza.

EL CIELO

En el cielo se ven las estrellas y además está presente la música.

LA MITOLOGÍA EN LA OBRA


EL ESTILO DE LA COMEDIA: NARRACIÓN Y POESÍA



ARQUITECTURA DE LA OBRA:

Todo hace pensar que se planteó su creación como una trilogía: Infierno, Purgatorio y Paraíso.
Cada una de ellas está dividida en esferas concéntricas como si fuera una cebolla. En cada capa da alojamiento a grupos de almas distintas. En esta selección han influido tanto sus  estudios teológicos y la moral reinante en su entorno como su propio criterio ético íntimo y personal así como las filias y fobias de orden político social.



EXPERIENCIA DE LECTURA:
facilidad/ dificultad de lectura, para ti

La lectura fue difícil como un ascenso a través del empinado monte del Purgatorio.
Disponer de un lector personal que te ahorre el amargo trago de introducirte en los abismos del infierno sin excesivo esfuerzo le hace a uno sentirse un poco más identificado con Dante conducido por la mano de Virgilio, su guía y amigo.

Dante sin Virgilio posiblemente se habría dado la vuelta y lo mismo le habría ocurrido al humilde escuchante si su lector amigo no se hubiera brindado a hacerle el camino más llevadero en las tardías horas de la tarde en un aula de la universidad de la experiencia y a buen seguro que se habría limitado, como tantas otras veces, a acariciar suave y tiernamente el lomo del voluminoso tomo y a contemplarlo perdiéndose entre los trazos negros sobre blanco de la plumilla de Gustavo Doré.


Ardua y extremadamente dura
habría sido para el lector la experiencia de lectura
de no haber sido porque la mano tendida

y amorosa del maestro y comprensivo guía
le hizo más agradable y dulce la subida
en el ascenso hasta la cumbre

y menos sufrida la obligada bajada                      
en el descenso complicado y lento
a los confines del infierno.

De no haber sido por su estímulo y empuje
el que va detrás removiendo lo que pisa
habría desistido de su febril empeño

que por obligación y no por gusto
está  en esta circunstancia.
Necesidad le trae, no complacencia.

Aquel que siempre expuso su respeto
ante la presencia  imponente de este tomo
y se mantuvo humilde y cauto en la distancia,

aunque cercano a la caricia zalamera de su lomo,
y alejado por prudencia de las amenazantes inquietudes
que hierven en las internas profundidades de sus páginas,

armado de valor, por una vez y sin que sirva de precedente,
al feroz desánimo ha conseguido hacer frente
al modo como Dante, con ayuda de Virgilio, retó al bestial trío.



OPINION PERSONAL SOBRE LA OBRA

La Divina Comedia es un mapa, un gps, una cartografía del alma humana, mediante la cual, y con un guía experto, Dante, y con él el lector, desciende a los infiernos, sus infiernos, conoce y reconoce sus amigos y enemigos, partes de sí mismo, de su propia psique, y dialogando con ellos los trasciende en su viaje.

Perdido en la mitad de su vida en una oscuridad de la que no sabe salir se introduce de la mano de Virgilio en su  aventura personal. Dante en la medida que hace su autocrítica no le impide llevarse por delante a todo aquel que a su juicio se lo merezca.

Dante escribe su diario, su cuaderno de bitácora. Relata su viaje interior, al interior de su propio infierno. Conducido de la mano de su guía, Virgilio, y protegido  por él lo atraviesa. Va dejando por el camino a los compañeros de viaje, personajes de sus sueños, pobladores de su  psique reflejados en otros tantos personajes reales, amigos o enemigos, admirados  o denostados, en su vida privada y  pública.

Se enfrenta a su sombra en el paso por los distintos niveles del infierno y se va acercando paulatinamente a su ánima, Beatriz, María, Matilda, en los niveles del cielo, previa purificación tras su paso por el purgatorio, donde se repiten prácticamente los mismos estados que en el infierno pero esta vez teñidos y calmados por la luz de la esperanza.: “Se vieron las estrellas.”

Como otros personajes antes que él ha tenido que descender a los infiernos y resucitar al tercer día: Cristo, Orfeo, Mahoma, Ulises, Eneas,

Todo parece indicar que existe una fórmula matemática precisa en el desarrollo de todo ser humano o que aspire a tal, de todo héroe, que consiste en la perdida de la inocencia y con ello el naufragio del alma y posteriormente la lucha por recuperarla.

Dante se extravía en la penumbra. Sólo de la mano del amigo admirado, del maestro a quien ha leído y que supone que ya ha recorrido ese mismo camino junto a Eneas, se ve capaz de adentrarse en ese infierno interior oscuro, pesado y opaco e inevitable, con el ánimo y el tesón de atravesarlo de lado a lado con la convicción de que de la mano del maestro y amigo es posible.

Se perdió en su oscuridad  pero el recuerdo de una mirada, un cruce de palabras en la adolescencia, mantuvo viva una llama en el horizonte del más profundo inconsciente hacia dónde dirigir su rumbo.

El eterno femenino, que se estaba despertando en la adoración a una virgen, la virgen María, la parte femenina del universo, el anima mundi, el alma.

Platón lo había puesto de manifiesto años antes y años más tarde otro héroe ensalzó a la medida de la necesidad de su alma, de su hambre de espíritu, la imagen de otra doncella, apenas vista una o dos veces; le dio nombre propio: Dulcinea

Como hombre comprometido con su sociedad y con su tiempo entiende que su extravío personal está conectado con el extravío de la sociedad en la que vive y  cuando se desnuda a sí mismo desnuda con él a todo bicho viviente, no dejando títere con cabeza. Morir matando, parece querer decir su lema, caiga quien caiga, ya sean amigos o enemigos, eso no importa.

Dante tiene un concepto elevado de sí mismo comparado con aquellos entre quienes se mueve. Dicho de otro modo: tiene un pésimo concepto de gran parte de aquellos con quien se ve obligado a convivir. Una cierta exigencia ética, mezclada con cierta rigidez moral propia del tiempo del que procede el renacimiento, la edad media, le inclina a convertirse en juez y verdugo de la sociedad de su tiempo. Y como parte de esa sociedad, él mismo se convierte en reo. Como Edipo, tampoco puede escaparse de su destino. Sólo le queda el viaje interior como camino de peregrinación y al mismo tiempo como bandera para tratar de transformar la sociedad en la que vive.
 

La Divina Comedia como viaje interior.

Descenso a los infiernos: Paseo por lo más oscuro de nuestra personalidad, por lo más desconocido, por lo más terrible, por lo menos asumible como nuestro. El viaje es tan arriesgado que Dante, el explorador, el osado aventurero, no se atreve a hacerlo solo y busca un guía que conozca el camino y que le dé confianza. ¿Quién mejor para hacerlo que alguien que ya lo ha hecho antes?

Virgilio acompañó a Eneas como cronista en el relato de La Eneida. Dante admiraba a Virgilio. Virgilio admiraba a Homero. Cada aprendiz elige a su maestro. “Cuando el discípulo está listo el maestro aparece”, dice un proverbio oriental o tal vez occidental o accidentalmente de cualquier otra parte).

Dante elige a Virgilio. Virgilio, como es su obligación, acepta; no le queda más remedio. Además está muerto. En la Eneida él inmortalizó a Eneas. Ahora Dante le inmortaliza a él. Mejor es ser inmortal que muerto, ¿o no? Por otro lado viene enviado por la amada muerta de Dante, Beatriz, muerta en cuerpo que no en el corazón y en la mente de Dante.

Dante entrevé su destino y opta por la única solución posible, la que asume el héroe: “Aquí nos salvamos todos o ninguno”. Así que toma la pluma y escribe La Comedia. Él tiene la pluma en la mano, él tiene el poder, la sartén por el mango que diríamos hoy, y decide que todo va a acabar bien, sobre todo para él, que llegará a lo más alto de lo más alto. Por el camino irán quedando todos los demás protagonistas, incluida Beatriz.

A Virgilio amablemente le agradecerá los servicios prestados, dejándole a las puertas del Cielo como Dios a Moisés ante la tierra prometida. De ahí no puede pasar. (¡Si hubiera tenido la precaución de haber nacido más tarde!). Tendría que llegar muchos años más tarde Nelson Mandela para que el apartheid fuera suprimido. El negro hizo bien su trabajo pero era negro al fin y al cabo. Le pasó lo mismo que al cirujano negro clandestino del doctor Barnard. Pero ahí está la grandeza de los negros: en su enorme discreción. Hasta el color les favorece para pasar más desapercibidos.

A partir de la entrada en el cielo ya comienza otra historia sólo para blancos, escrita por un blanco, con protagonistas blancos. En el cielo todo es blanco. Si en el purgatorio ya se entreveían las estrellas, en el cielo la luminosidad es tal que deslumbra.

Dante era devoto de la Virgen, un culto naciente en aquella época. Tal vez el Renacimiento, ya cristiano monoteísta, quiso refundir en una sola la gran cantidad de diosas existentes en el mundo clásico antiguo, el Alma Femenina del Universo.

Posiblemente en la oscura Edad Media el hombre varón, macho, había ocupado demasiado espacio y tiempo y había llegado a hartarse de sí mismo. La mujer, hembra, no existía prácticamente o era invisible. El hombre, a semejanza de Dios, su creador, aburrido de su hartazgo y de su soledad, cansado de contemplar eternamente su ombligo, decidió crear a Eva nuevamente. Ella estaba allí pero era invisible y él, el hombre (y también acaso Dios) estaba ciego. La adoración a la Virgen supuso un nuevo despertar y con ella también la adoración a Beatriz, a Matilda y todas las Santas del Santoral.

aspectos o pasajes más importantes para ti

Me llama la atención que sitúe en el infierno a personas a las que aprecia y respeta como Bruneto Latino o Farinata. Esto denota que es más fuerte en él la influencia de la moral y los valores dominantes de su entorno que la pulsión interior.

Asume como propia la escala de valores de la sociedad a la que pertenece. En una palabra, pretende nadar y guardar la ropa. Si no hubiera hecho esto así no habría escrito la Divina Comedia sino Las Flores del Mal y no se llamaría Dante sino Baudelaire. Pero nació cuando le tocaba nacer como le sucedió a Virgilio. Era hijo de su tiempo como nos pasa a todos salvo a los escritores de ciencia ficción.

valoración justificada del lector: (obra buena, mala, atractiva, repelente, actual, desfasada… porque…

Ni desfasada ni repelente sino presente y permanente.
¿Quién no se ha perdido alguna vez en su propia selva oscura?
¿Quién no ha buscado ayuda en el amigo de éste o de otro tiempo?
¿Quién no se ha entretenido alguna vez lamentando sus desgracias
en lugar de dar las gracias por la suerte de disfrutar de su momento presente y eterno?
 
El que se priva a sí de vuestro mundo,
juega y derrocha aquello que posee
y llora allí donde debió alegrarse.

Y esto lo dice el centauro Quirón hablando de los suicidas pero también de quien se queja sin motivo o por pura complacencia.